Lo comentábamos ayer refiriéndonos a Pablo Larrazábal y a ese duro proceso de aprendizaje que es el golf profesional…
Hasta la fecha, en el corto historial del joven español (24 años) en el circuito europeo, no había conseguido jugar bajo par en jornada de fin de semana. Pero hoy sábado lo ha hecho, y además su vuelta ha tenido un mérito impresionante. Pablo ha 'crecido' una enormidad en un solo día. Aprende rápido, avanza rápido… En su tercer torneo del European Tour desde que consiguiera la tarjeta en diciembre ya se ha puesto en disposición de ganar un domingo. Que levanten la mano los que puedan decir lo mismo…
La tercera jornada del Joburg Open nos ha dejado a las puertas de un final apasionante. Hay diez jugadores en un estrecho margen de tres golpes. Sigue mandando el sudafricano Mark Murless (-11) y Larrazábal (-9) se encuentra en segunda posición y mañana va a salir en el penúltimo partido. Otra de las grandes noticias sigue siendo el excelente rendimiento de Darren Clarke (-8), cuya sombra de enorme jugador seguramente envolverá mañana a sus rivales. El norirlandés, después de una mala primera jornada, ha seguido remontando y ya tiene a tiro el torneo, aunque ni siquiera los grandes jugadores están libres del stress y la ansiedad cuando llevan tanto tiempo sin ganar, que es precisamente su caso.
El resultado de Pablo (-1 en el día para mantener la segunda posición) tiene aún más 'chicha' y mérito si analizamos atentamente su puesta en marcha de la vuelta. De entrada, bogey en el hoyo 1, lo que tampoco resultaba tan extraño, puesto que es uno de los más complicados del recorrido Este del Royal Johannesburg and Kensington Golf Club, donde también se jugará la jornada de mañana. Saltaron las alarmas con el doble bogey del hoyo 3… Todo apuntaba a un durísimo día en la oficina para el joven talento español. Sin embargo se sobrepuso y contestó enseguida, como buen 'pegador' que es, con dos birdies consecutivos en los hoyos 5 y 6.
A partir de aquí, iniciaba un tramo del día realmente vital y que, a toro pasado, habla muy bien de su juego y de su cabeza: encadenó una serie de hoyos muy bien jugados de tee a green, pero sin remate con el putter en las manos, sobre todo en los hoyos 9, 10 y 11. Sumó pares que a él le sabían a poco… Y para más 'inri', el primer error en el par 3 del 12 significaba un bogey más. Otro momento muy delicado… Y de nuevo la reacción: dos birdies consecutivos, uno de ellos, el del hoyo 14, embocando un putt de unos quince metros…
Los tres últimos hoyos nos mostraron a un Larrazábal con recursos. En el par 3 del 16 la pegó muy descontrolada, la bola rebotó en un árbol hacia atrás y aún sacó el par con approach y putt. En el 17 tampoco acertó con la salida, pero desde el rough todavía se dejó una opción de birdie que falló. Y en el par 5 del hoyo 18 volvió a perder la calle; la bola se quedó muy mal situada, pero el catalán la sacó magistralmente y, tras un buen approach a green de tercer golpe embocó el último birdie desde más de dos metros para ganar al campo.
Y mañana ¿qué? Ya decimos que, al margen del resultado final en la última jornada, ya se pueden sacar conclusiones muy positivas: Larrazábal crece día a día y se ha empeñado en hacer grandes cosas. Tiene juego y talento, la rompe desde el tee, es muy agresivo, tiene el trapo de las banderas metido entre ceja y ceja, y vemos como aprende rápido en la carrera de la experiencia, esa que nunca acaba. Es un jugador que puede y debe ser importante para el golf español si sigue evolucionando, porque muestra un sello particular, da espectáculo, tiene carisma. Mañana, por nuestra parte, sólo cabe disfrutar. (Golf Plus, de 12,30 a 15,30 horas).
