Suzann Pettersen conquistó ayer en Francia el segundo grande de su cuenta particular y el vigésimocuarto de Europa en la historia de los majors. Una gota de agua en el océano. Las grandes citas femeninas han sido propiedad del golf norteamericano y del asiático, éste en los últimos años. Europa se ha quedado con las migajas. Y éstas se deben, sobre todo, al golf escandinavo. Aquí van algunos datos muy reveladores.
El Evian Championship, que se ha estrenado este año como grande, ha supuesto en la cuenta histórica el número 260 en majors. Se han jugado 68 US Open, 59 LPGA Championship, 38 Western Open (ya desaparecido), 31 Kraft Nabisco, 28 Titleholders (ya desaparecido), 22 Du Maurier Classic (ya desaparecido), 13 British Open y 1 Evian Championship.
Pues bien, de los 260 torneos, Europa no ha ganado ni siquiera el diez por ciento. Un corto bagaje protagonizado, eso sí, por las golfistas nórdicas, que han logrado el sesenta por ciento de los títulos de Europa. Concretamente, entre Suecia y Noruega se reparten 15 entorchados, con especial mención, claro está, para Annika Sorenstam, con 9. Los otros diez grandes se reparten entre Gran Bretaña (7), Francia (2).
Las europeas campeonas de majors son once: Annika Sorenstam (10), Laura Davies (4), Suzann Pettersen (2), Anna Nordqvist (1), Helen Alfredsson (1), Lotta Neumann (1), Catriona Matthew (1), Catherine Lacoste (1), Alison Nicholas (1), Karen Stupples (1) y Patricia Meunier-Lebouc (1). Es decir, cinco escandinavas, cuatro británicas y dos francesas.
Por último, dos jugadoras norteamericanas tienen algo más de la mitad de los grandes que suman todas las europeas. Son Patty Berg (15) y Mickey Wright (13).
Dichos todos los datos fríos y objetivos, también hay que tener en cuenta que esta desventaja del golf europeo tiene su sentido en que la gran mayoría de los grandes se han disputado en suelo norteamericano. De hecho, con el Evian de la semana pasada sólo se han disputado en Europa 14 de 260. Los grandes femeninos comenzaron en 1930 con el Western Open y no fue hasta 1967 cuando la francesa Catherine Lacoste consiguió el primero para Europa, nada menos que el US Open.
