Lexi Thompson disputó su primer US Open en 2007, cuando apenas tenía 12 años. Se convirtió así en la golfista más joven de la historia, en ese momento, en jugar el torneo. Hoy martes, con 29 primaveras en su carné de identidad y 17 años después, ha anunciado que lo deja, se acabó, cuando termine la temporada se retirará del golf de competición a tiempo completo. Lo ha hecho en Lancaster, Pensilvania, donde este jueves arranca la edición 79ª del US Open femenino.
La sorprendente noticia ha sido el penúltimo giro en una trayectoria golfística en la que ha cosechado muchos éxitos y también muchas decepciones y frustraciones. Un buen puñado de ocasiones en las que rozó la gloria y se quedó en la orilla. Las que la conocen bien sabían que su intención era retirarse antes de cumplir los 30, lo que ha cogido a todos con el paso cambiado es que lo haya hecho público la semana del US Open.
Cuando empiece el jueves el US Open será la 18ª participación consecutiva de Thompson en el torneo, un logro alucinante para alguien que acaba de cumplir 29 años en febrero. Y aunque todavía puede conseguir muchas cosas, sus logros son más que evidentes. Ganó el US Open Junior en 2008, pasó el corte en el US Open de 2009 con 14 años y firmó un balance de cuatro victorias y un empate en los cinco puntos que jugó con Estados Unidos en la Curtis Cup en 2010 con 15 años.
Thompson se hizo profesional en 2010 y al año siguiente, con 16 años, consiguió la primera de sus 11 victorias en el LPGA Tour. En 2014 ganó su único major, el Chevron Championship. Desde entonces, Lexi ha finalizado 16 veces entre las 10 primeras en Grandes, con algunos momentos dolorosos, como el segundo puesto en 2019 o el tercero, a un golpe del desempate, en 2021. Su última victoria en el LPGA Tour llegó en junio de 2019.
Como profesional, Thompson compitió para Estados Unidos en la Solheim Cup en seis ocasiones y desde 2013 hasta 2022 fue una fija en el top 10 del ranking mundial, ganándose un puesto en Juegos Olímpicos tanto en 2016 como en 2021. Decir que la carrera de Thompson ha sido una montaña rusa salvaje sería quedarse corto. Decir que ha manejado todos los altibajos con una clase tranquila sería dar en el clavo.
En el Chevron Championship de 2017 incurrió en una penalización de cuatro golpes por reemplazar incorrectamente su bola después de marcarla y firmar consecuentemente una tarjeta incorrecta. Aun así, se abrió paso hasta un desempate que finalmente perdió ante So Yeon Ryu.
Thompson se retiró del AIG Open 2018 y se tomó un mes de baja en el LPGA Tour. «No me he sentido realmente yo misma desde hace bastante tiempo», escribió Thompson en Instagram. «Por lo tanto, me estoy tomando este tiempo para recargar mis baterías mentales y para centrarme en mí misma lejos del juego del golf profesional».
Ese valiente acto de autoconciencia pareció dar sus frutos, ya que regresó para ganar el CME Group Tour Championship y luego el ShopRite Classic de 2019. Pero esas fueron sus dos últimas victorias en la LPGA y el camino volvió a ser irregular.
Thompson tenía un golpe de desventaja antes de la ronda final del US Open de 2019 en el Country Club de Charleston. Hizo bogey en tres de los cuatro primeros hoyos el domingo, luchó por volver a la pelea con birdies en los hoyos 7 y 9, cayó de nuevo más tarde con bogeys en los hoyos 11 y 13 y terminó finalmente a dos golpes de la ganadora Jeong-eun Lee6.
En el Olympic Club en 2021, Thompson hizo 34 golpes en los primeros nueve hoyos de la ronda final para abrir una ventaja de cinco golpes, pero tiró 41 en los últimos nueve hoyos y terminó a un golpe del desempate que ganó Yuka Saso sobre Nasa Hataoka. Después de esa ronda, luchando contra las lágrimas, Thompson respondió a las preguntas de los medios de comunicación y firmó autógrafos durante 30 minutos.
El estilo de juego agresivo y potente de Lexi le granjeó el respeto de millones de aficionados, pero fue la amabilidad con la que trató a esos seguidores lo que le hizo ganarse su cariño. Sea lo que sea lo próximo para Thompson, incluya o no el golf, tiene una legión de seguidores que la animarán. La que fuera una estrella infantil se aleja del golf de competición tal y como entró en él, con la cabeza bien alta sobre sus 1,90 metros de estatura, recorriendo el campo de golf a su manera y con su propio estilo. Personal e intransferible.
