El Crooked Cat del Orange County National, un par 71 de 7.297 yardas situado en Orlando, Florida, alberga desde este viernes el tercer evento de la temporada de la LIV Golf League. Una cita con sus habituales ingredientes, sus salidas a tiro y su formato de 54 hoyos, en la que algunos de sus participantes mirarán por un lado a la millonaria bolsa de premios que está en juego y por otro al Masters, que les espera la próxima semana en el Augusta National.
Será la primera vez que el famoso torneo de la Chaqueta Verde sufra en sus carnes el cara a cara y las sensibles discrepancias entre algunos jugadores de LIV Golf y del resto de circuitos, que se han ido acrecentando con declaraciones de uno y otro lado con el paso de los meses. La tradicional Cena de Campeones del martes será la primera prueba de fuego para Phil Mickelson, Bubba Watson, Dustin Johnson, Patrick Reed, Charl Schwartzel o Sergio García, a los que se unirán después otros 10 jugadores más de la gira saudí con derechos de juego.
Además de los seis campeones, que si nada cambia (ya veremos) podrán seguir jugando de por vida aunque ya no estén bajo el paraguas del PGA Tour o el DP World Tour, golfistas como Abraham Ancer, Bryson DeChambeau, Talor Gooch, Brooks Koepka, Jason Kokrak, Kevin Na, Joaquin Niemann, Louis Oosthuizen, Cameron Smith y Harold Varner III tienen plaza reservada este año en Magnolia Lane por cumplir alguno de los criterios de acceso, a la espera de conocer que ocurre en el futuro con los puntos del ranking mundial. Un Masters que, como era de esperar, ha sido protagonista en las ruedas de prensa previas a este LIV Golf Orlando.
«Diría que esta es la primera vez que llego ‘sano’ al Masters desde el último que ganó Tiger Woods, sí», reconoció ayer Koepka. «Ahora es diferente, puedo moverme como quiero, hacer el swing en las posiciones que me interesan… Así es más fácil de lo que lo ha sido para mí en los tres últimos años. Estoy deseando que llegue el torneo. Será agradable volver, he oído hablar de los cambios, pero no los he visto, lo haré el lunes», añadió.
«No sabía que habían cambiado el campo de pares tres, fue increíble. Cuando fui a la cabaña, ver las modificaciones de los seis primeros hoyos fue una locura. Hacerlo en 150 días fue increíble. ¿El hoyo 13? Se ve hermoso… pero creo que los resultados promedio van a ser los mismos. El agua ahora entra en juego así que te lo piensas más, se va a jugar más conservador», señaló Bubba Watson sobre su reciente visita a Augusta para preparar el torneo.
La posibilidad de quedarse sin jugar los majors ha pesado y mucho en la decisión de algunos golfistas de rechazar los astronómicos contratos ofrecidos por LIV Golf para unirse a su proyecto. Otros, que decidieron aceptar el cambio, miran ahora con lupa las distintas opciones de jugarlos, como es el caso de Ian Poulter, que no podrá estar la semana próxima en el Augusta National, pero busca cualquier resquicio para no perderse el The Open del próximo mes de julio.
La semana pasada, por ejemplo, jugó en Hong Kong, donde se repartían cuatro plazas. «No jugué lo suficientemente bien para lograr uno de esos cuatro puestos. Planeo regresar a casa sobre el 30 de mayo y pasar un tiempo con mi familia. No sé cuál será mi posición para entonces. Para el US Open no me clasificaré y para el Open Championship no estoy muy seguro. Tuve una oportunidad la semana pasada, pero no funcionó, y no he entrado todavía por ninguna otra clasificación», reconoció hoy.
La gira saudí trata de hacerse un hueco entre las preferencias de los aficionados por su original formato, aunque de momento le falta la emoción y competitividad que sí mantienen circuitos como el PGA Tour. Y como queda claro en la semana previa al Masters de Augusta, la sombra de los Grandes todavía sigue siendo muy alargada… y más que lo será si el OWGR no le otorga puntos a los jugadores de LIV y siguen cayendo de manera irremediable en el ranking.
