La gran obsesión de Lorena Ochoa diez minutos después de ganar el Ginn Open era saber qué le iba a poner de comer su madre al día siguiente…
"Mi madre sabe mis gustos y espero tener mi plato favorito", aseguraba la mexicana al rato de escribir con letras de oro su nombre en la historia del circuito americano.
La indiscutible dominadora del golf femenino en la actualidad ganó el domingo su cuarto título en cuatro semanas, una hazaña que sólo consiguió antes que ella la mítica Mickey Wright en los años 62 y 63. Venció con tres golpes de ventaja sobre la jovencísima Yani Tseng, una de las revelaciones del circuito esta temporada.
La golfista tapatía ha conseguido cinco triunfos en los seis torneos que ha disputado este año. En 2007 ya consiguió dominar el golf femenino y alcanzó ocho triunfos, una cifra que se antoja pequeña para lo que puede hacer en 2008.
"Estoy muy agradecida. Este triunfo y este registro han sido una bendición. Intento disfrutar al máximo porque sé que llegarán los malos tiempos", asegura.
Lorena es una devoradora de marcas. Ya tiene entre ceja y ceja alcanzar y superar los cinco triunfos consecutivos que logró Annika Sorenstam, su gran rival en el circuito, en 2004. La sueca no lo hizo durante cinco semanas consecutivas y Lorena tampoco podrá hacerlo porque ha decidido descansar, retirarse a su casa con su familia y volver a la competición dentro de 15 días en Oklahoma. Si gana allí habrá igualado a Sorenstam y tendrá a tiro un nuevo registro.
Recordemos que Lorena ya avisó esta semana que su gran objetivo es lograr el Grand Slam. Tiger también lo anunció y fracasó en el Masters de Augusta. La mexicana se llevó el primero de la temporada, el Kraft Nabisco.
Buen provecho, Lorena.
