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El texano vuelve a ganar el Open de Australia en un domingo que asegura no va a olvidar en mucho tiempo

Los buenos presagios australianos de Spieth

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Jordan Spieth ha vuelto a ganar el Open de Australia. Tres visitas con un balance de dos victorias y un segundo puesto. El suelo del hemisferio sur comienza a temblar en cuanto el joven texano pone un pie. Esta vez, el escenario fue el Royal Sidney Golf Club.

Se trata de una gran victoria del Número 5 del mundo. Y es que aunque el torneo no pertenece a los grandes circuitos mundiales, tiene un caché muy importante. Primero porque se trata de un torneo centenario y segundo porque siempre tiene un nivel de participación extraordinario, con la gran armada australiana al completo (este año faltó eso sí el Número 1: Jason Day) y varias estrellas invitadas.

No obstante, la victoria de Spieth en Australia va un poco más allá. No sólo es su undécimo título desde 2013, el tercero esta temporada, es además una victoria con presagio. La última vez que venció en el Open de Australia fue en 2014. Al año siguiente ganó el Masters de Augusta, el US Open y se proclamó Número 1 del mundo con cinco victorias y la friolera de dieciocho top ten.

Algo tiene Australia que saca lo mejor de Spieth. No se trata únicamente de un tema numérico. No es una cábala simplista de que ganó y después le sucedieron tantas cosas buenas. Es algo más. Son las sensaciones con las que Spieth regresa de Australia. Ya en 2014 confesó que había sido una victoria muy importante, que algo había cambiado aquella tarde de domingo australiana. Ayer volvió a ocurrir también algo mágico…

Spieth ganó mostrando su auténtico adn, metiendo putts claves en los tres últimos hoyos, haciendo birdie en el primer y único hoyo de playoff ante Ashley Hall y Cameron Smith, siendo determinante en el momento que había que serlo. En cierto modo, Jordan ha recuperado el instinto asesino, y eso no puede ser más que un buen presagio para lo que nos espera en 2017. No nos lo inventamos. Lo dice él: «El modo como he jugado el playoff creo que me va a traer cosas maravillosas en el futuro. He pegado los golpes que tenía que dar en los momentos necesarios. Cuando importaba. Pegar esos golpes justo cuando los necesitaba y embocar el putt clave para ganar sinceramente creo que es algo me llevo para el futuro. Creo que lo que ha pasado hoy me va a ayudar mucho en los próximos torneos…». Sus rivales ya está sobre aviso. Spieth y los buenos presagios australianos.