La tarjeta más baja de golf documentada en la historia es de 55 golpes. Hay cuatros casos recogidos de manera oficial. El primero fue en 1935, en el recorrido Montebello Park, en California, un campo de 6.419 yardas. Su autor fue E. F. Staugaard. No hay muchos datos más sobre esta hazaña.
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La siguiente ronda de 55 golpes reflejada en los libros se produjo en 1962. Fue la única registrada en un torneo de golf, por lo que tiene una importancia singular. Su autor fue Homero Blancas, un gran jugador profesional del PGA Tour de los años 60 y 70 que llegó a debutar en una Ryder Cup. Hizo 27 golpes por los primeros nueve hoyos y 28 por los segundos, con un total de 20 putts. Consiguió la proeza en un torneo amateur, el Premier Invitational, en un campo que ya no existe. Tenía sólo nueve hoyos y se le daban dos vueltas desde dos tees diferentes cada vez. Tenía poco más de 5.000 yardas.
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En 2004 se documenta la tercera vuelta de 55 golpes de la historia. La rubricó Steve Gilley, un golfista profesional con varias victorias en circuito menores de Estados Unidos. Lo logró en el Lynwood Golf and Country Club, un par 71 de poco más de seis mil yardas.
La cuarta y última constancia oficial de una tarjeta de 55 golpes le corresponde al australiano Rhein Gibson, profesional que ha jugado más de un torneo en el European Tour. Consiguió este resultado jugando con amigos en 2012 en el River Oaks Golf Club, un campo de 6.850 yardas, par 71. Hizo 26 golpes por los primeros nueve hoyos y 29 por lo segundos.
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El Libro Guinness de los Récords estableció que para computar una marca como oficial debería haber sido realizada en un campo por encima de las 6.500 yardas, por lo que la vuelta de Gibson es la única que tendría validez a efectos de los Guinness.
Obviamente, es posible que en algún lugar del planeta se haya producido algún otro 55 o incluso menos, aunque no ha dejado constancia oficial en ningún lado. Eso sí, nadie en la historia, nunca jamás, podrá superar el récord de Kim Jong-II, padre del actual presidente de Corea del Norte. Cuentan sus cronistas oficiales que la primera vez que fue a jugar al golf hizo 34 golpes, es decir 38 golpes bajo par, incluidos once hoyos en uno, nada menos. Como pueden entender, la información no puede ser más fidedigna. Pues bien, incluso así, algún que otro medio la asumió como verdadera al escribir su obituario en 2011.
