Inicio Grandes Circuitos LPGA Tour «Ahora valoro mucho más el hecho de estar viviendo mi sueño»
Entrevista con Fátima Fernández Cano tras ganar el IOA Championship del Symetra

«Ahora valoro mucho más el hecho de estar viviendo mi sueño»

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Fátima Fernández Cano posa con el trofeo y su bolsa de palos. © Symetra Tour

Fátima Fernández Cano (Santiago de Compostela, 1995) conquistó este domingo el IOA Championship del Symetra Tour en California. Es su primer gran triunfo como profesional, su estreno en la división de plata del LPGA Tour y supone mucho más que añadir un precioso trofeo de cristal a la vitrina.

Por lo pronto, la brava golfista gallega se abre una puerta más que atractiva a la meca del golf mundial. El top 5 del ranking del Symetra al final del año conseguirá estatus del LPGA y ella ahora mismo es tercera. Ese top 5 era, es y será el gran objetivo de este rocambolesco 2020 marcado por el COVID-19. «Quedan cinco torneos para acabar la temporada y lo voy a jugar todo con la idea de terminar entre las cinco mejores para conseguir una categoría en el LPGA. No es un estatus completo, no permitiría jugar todos los torneos, pero es una gran oportunidad. Después, tocará aprovechar las opciones de juego que toquen. Es el gran objetivo», asegura convencida Fátima a Ten Golf por teléfono mientras espera la salida de su avión de vuelta a casa.

La imagen con la que siempre se asocia a Fernández Cano en un campo de golf es con una amplísima sonrisa de oreja a oreja en la cara. No es una casualidad, ni una pose, es la consecuencia de ser feliz con lo que está haciendo. «Siempre he valorado mucho poder dedicarme profesionalmente a lo que más me gusta, pero ahora si cabe lo valoro más, después de todo lo que está pasando. Tengo la inmensa suerte de vivir mi sueño de ganarme la vida jugando al golf y lo quiero disfrutar al máximo», explica.

Victoria de Fátima Fernández Cano en el IOA Championship del Symetra

Cuando habla del COVID-19 Fátima no lo hace de oídas, ni por lo que ha leído, ni por lo que le han contado amigos o familiares, la jugadora compostelana lo ha vivido en sus propias carnes. Por suerte no lo pasó mal y apenas tuvo síntomas, pero la incertidumbre y la desilusión del momento de saber que eres positivo no te la quita nadie. «Antes del positivo estaba jugando muy bien, he trabajado mucho en el confinamiento, me he puesto más fuerte, he ganado metros con el drive y me encontraba pegando muy bien a la bola, pero claro tras la prueba tuve que parar diez-quince días y cuando volví a jugar, para qué engañarnos, me asusté de cómo le pegué a la bola… Por suerte quedaba un mes hasta el siguiente torneo y me pude preparar bien», explica.

Fernández Cano tenía claro que su juego estaba preparado para subir al siguiente nivel, lo único que necesitaba era probarse en esa situación delicada y tensa de estar para ganar a falta de pocos hoyos. «La semana anterior a la victoria quedé cuarta. Sabía que estaba jugando bien. El primer día sólo me falló un poco el putt, por ejemplo con un tripateo doloroso en el 18, pero hice borrón y cuenta nueva y el segundo día volví a jugar muy bien y los putts empezaron a entrar. Firmé un parcial de seis bajo en los segundos nueve y me puse líder», explica.

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No era la primera vez que Fátima se veía un domingo para ganar un torneo. De las veces anteriores, donde no pudo conseguir la victoria, aprendió mucho y lo puso en práctica en California desde el mismo momento del calentamiento. «En las ocasiones anteriores, con la presión y la tensión lógicas de una situación así, noté que me aceleraba un poco, andaba más rápido, mi ritmo de swing era más rápido, así que me concentré en la respiración y en hacerlo todo a mi ritmo. Mucho más teniendo en cuenta que el ritmo de juego del domingo no fue el más rápido, precisamente. Ya en el calentamiento me tomé más tiempo del habitual en preparar y pegar cada golpe en la cancha de prácticas. Creo que di menos bolas que nunca», apunta.

Fátima Fernández Cano se pierde el inicio del Symetra tras dar positivo en COVID-19

La golfista española tiene claro que ahora no queda otra que seguir trabajando y empujando para rematar un objetivo que ha conseguido poner a tiro. Como si de una metáfora se tratase, Fátima se marchó al día siguiente de su victoria a subir una montaña que estaba cerca de la casa donde se alojaron la semana del torneo… Aún no ha llegado el momento de dejar de subir.