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Belén y el penoso agravio comparativo

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Belén Mozo, durante la cuarta ronda del NZ Women's Open. © NZOpen
Belén Mozo, durante la cuarta ronda del NZ Women's Open. © NZOpen

Belén Mozo sería la campeona del McKayson New Zealand Open si el domingo se hubiera cancelado la última jornada por mal tiempo y el torneo se hubiera reducido a 54 hoyos. O lo que es lo mismo, si el LPGA Tour hubiera aplicado el mismo criterio que en el 99,9 por ciento de los casos similares que se han dado de suspensión por mal tiempo en los últimos años.

La golfista gaditana habría estrenado su palmarés y salvado la tarjeta del LPGA por la puerta grande. En cambio, forzaron a un final el lunes y Belén ha terminado quinta, con una dura ronda final en la que pese a todo consiguió acabar con birdie. Suma casi cien puntos en la Race to CME Globe, insuficientes para acabar entre las 100 primeras del LPGA y retener la tarjeta completa, aunque seguramente al menos le servirá para entrar en algunos torneos. El panorama, como ven, no tiene nada que ver.

La jugadora española tiene todo el derecho del mundo a sentirse agraviada por la decisión del LPGA de acabar el lunes. Es inevitable. Entre otras cosas, porque no hay que irse tan lejos para encontrar algo parecido. Apenas hace tres semanas se jugaba el Evian Championship. Con apenas unos hoyos disputados de la primera jornada, los responsables del torneo decidieron reducir el torneo a 54 hoyos y ni se plantearon la opción de acabar el lunes. Ojo, hablamos de un Major, el último de la temporada y tras la suspensión quedaban todavía tres días por delante para intentar ajustar los partidos y, encima, un lunes muy majo para poder completar lo que faltara. Nadie se planteó eso de acabar un día que no fuera el domingo…

Y ahora viene el agravio… En Nueva Zelanda, un torneo regular del LPGA, no un Grande, se suspende la cuarta jornada por un tiempo de perros sin que ninguna jugadora hubiera acabado su ronda y con las líderes apenas habiendo avanzado cinco hoyos. Se les obliga a salir de nuevo para jugar apenas un hoyo y ponen en riesgo, incluso, su seguridad, ya que buena parte de la señalización del campo (carpas, marcadores, tablas, banners de publicidad…) salieron volando por los aires absolutamente descontrolados.

Los responsables del LPGA pueden pensar y hacer lo que estimen oportuno, y esta vez decidieron que eso de acabar un lunes estaba muy bien. Ni los más viejos del lugar recuerdan la última vez que se hizo (no hay datos oficiales, pero a bote pronto parece que fue en 2014, en el Blue Bay LPGA de China, claro que en aquella ocasión se acabó el lunes porque a las líderes del torneo sólo le quedaban cinco hoyos para acabar). La decisión es válida, pero el agravio es evidente y palmario.

Es inevitable hacerse la pregunta: ¿si la primera posición en el torneo tras la tercera jornada hubiera estado ocupada por Brooke Henderson o Lydia Ko se habría hecho lo mismo? ¿Se habría acabado el lunes? ¿O igual se terminaba todo el domingo, se entregaba el trofeo y todas a coger aviones para jugar en Corea? Nunca lo sabremos, pero cuando el criterio no es siempre el mismo, se empuja indefectiblemente a hacer estas preguntas.

Finalmente, la victoria fue para Brooke Henderson, mientras que Belén Mozo y Beatriz Recari terminaron compartiendo la quinta posición. Gran torneo de las dos, aunque no les alcanza para sus respectivos objetivos, a Belén para mantener la tarjeta completa, ni a Bea para asegurar todos los torneos de la gira asiática.

Consulta aquí los resultados finales del torneo