El LPGA Tour ha vuelto a la competición seis meses después. Este viernes arrancaba el Drive On Championship en el recorrido de Inverness, en Ohio. Torneo de tres días para reiniciar el circuito americano después del obligado parón por la pandemia de COVID-19. En el caso de las chicas el paréntesis ha sido más largo, ya que todo el lío del coronavirus empezó cuando el LPGA estaba en Asía, en el epicentro de los contagios. Después pareció que el bicho iba persiguiendo a las golfistas.
Por suerte, esta semana se ha podido reiniciar la acción y lo cierto es que ha sido con una especie de encerrona. Seis meses después el LPGA no ha preparado un torneo sencillo y facilón, sino todo lo contrario. Las jugadoras se han encontrado un escenario más bien de US Open, con calles estrechas, rough temible y unos greenes como montañas rusas. Con este planteamiento y seis meses sin competir, ni siquiera 20 golfistas han podido ganar al campo.
Danielle Kang (-6) es la primera líder con un golpe de ventaja sobre Jodi Ewart (-5) y dos sobre Celine Boutier (-4) y Lee Anne Pace (-4). Clasificación muy internacional: Estados Unidos, Inglaterra, Francia y Sudáfrica.
Quizá les llame la atención que no haya ninguna jugadora coreana arriba, la razón es que una buena parte de las mejores han decidido quedarse en casa.
La españolas han protagonizado una puesta en escena notable. Carlota Ciganda (-2) ha desplegado un juego muy sólido y se ha metido entre las diez primeras, mientras que Azahara Muñoz (+1) y Beatriz Recari (+2) están holgadamente dentro del corte, mirando más hacia arriba que hacia abajo. Mención especial merece la vuelta sin birdies de Azahara. Ha luchado como una jabata para recuperar casi desde cualquier posición.
Como era de esperar después de tanto tiempo sin competir, también se h producido algún sonoro batacazo. Los más destacados son los de Pernilla Lindberg (+7), María Fassi (+7), Bronte Law (+6), In Gee Chun (+6), Stacy Lewis (+5) o Nelly Korda (+4).
