En las últimas horas se ha conocido un movimiento en el mercado de caddies del LPGA Tour que realmente parece extraño. Raro, raro, raro. Ya se sabe que el caddie viene a ser algo parecido al entrenador en un equipo de fútbol. Es la parte más débil del engranaje. En cuanto los resultados empiezan a fallar, en general, el golfista mira hacia su lado, busca cambios y lo más fácil suele ser sustituir al caddie. Menos habitual es que suceda algo así cuando las cosas van bien. Y mucho menos cuando estás a punto de casarte con él…
Todo esto es lo que ha ocurrido en un movimiento que ha involucrado a Ariya Jutanugarn y Pernilla Lindberg, ganadoras de dos de los cinco Majors disputados en 2018. Ariya, Número 1 del mundo, ha roto con su caddie habitual desde 2015, Les Luark. Con él lo ha ganado todo. En este tiempo sólo estuvieron separados en la segunda mitad de 2016 y volvieron en 2017 porque los resultados no salían.
Este es sólo el principio de una curiosísima carambola. Jutanugarn ha contratado a Daniel Taylor, caddie hasta hoy de Pernilla Lindberg. De hecho, no sólo era su caddie, sino que es su prometido. Se van a casar el 31 de enero en Nueva Zelanda. Lo raro no es que una pareja en la vida real rompa como pareja profesional, ha pasado, pasa y pasará, lo extraño es que suceda justo el año en el que Lindberg ha ganado su primer torneo en el LPGA y, además, un Major, el ANA Inspiration. Eso sí, lo que es seguro es que se siguen casando.
Lindberg, mientras, ha contratado a Roy Clarke, un veterano irlandés muy amigo de Taylor que ha trabajado con Se Ri Pak y Sandra Gal, entre otras. No dirán que no parece un movimiento cuanto menos peculiar.