Ha llegado una nueva vecina al barrio y lo ha hecho casi como un elefante en una cacharrería. Se hace notar su presencia. Se llama Jin Young Ko (-16), se acaba de mudar y viene con un trofeo y un par de botas de cowboy en el camión de la mudanza.
El trofeo y las botas son los premios que ha recibido por ganar el Volunteers of America Classic del LPGA Tour. Y su nueva casa, a la que se ha trasladado hace solo unos días, está a menos de media hora en coche del Old American Golf Club, el campo donde se ha celebrado el torneo y en el que ha ganado este domingo. Desde luego, tiene motivos para realizar una gran fiesta de bienvenida en su nueva casa.
Ko se impuso en un vibrante mano a mano con la finlandesa Matilda Castren (-15). La coreana empezó la vuelta poniendo tierra de por medio con tres birdies en los primeros cuatro hoyos. Tan fuerte fue la puesta en escena que daba la sensación de haber dinamitado el torneo. Se colocó con cuatro golpes de ventaja sobre Castren. Sin embargo, la nórdica es una golfista paciente, con la cabeza bien amueblada y unos nervios de acero. No perdió los papeles ni bajó los brazos, simplemente siguió buscando su propio camino en la vuelta, sin mirar a su rival, fabricando opciones de birdie y dándose oportunidades.
Castren se plantó en el tee del hoyo 14 a un golpe de Ko. Empezaba un nuevo torneo. Aún quedaba mucha tela que cortar. La Número 2 del mundo, que cedió su trono el pasado domingo a Nelly Korda, se vio con el agua al cuello y, como de confianza no va precisamente sobrada en los últimos meses, sufrió para cerrar el torneo. Enlazó cinco pares consecutivos, algunos de mucho mérito, y fue suficiente para ganar. Un bogey de Castren al fallar un putt de un metro en el 15 resultó definitivo.
Ko se mantiene como Número 2, pero al menos podrá decorar su nueva casa con un magnífico trofeo, el octavo que consigue en el LPGA Tour y el primero que no viajará a Corea del Sur. Además, se ha ganado ser la más popular del barrio, al menos por este mes. Mientras, Castren apunta cada vez con más fuerza al equipo europeo de la Solheim Cup. Este segundo puesto, muy valioso, se une a la victoria en Lake Merced hace apenas tres semanas. Tanto una como otra han demostrado un gran don de se la oportunidad.
La mejor española en Texas ha sido Fátima Fernández Cano (-3). La golfista gallega cerró el torneo con una gran vuelta de 68 golpes. Ha finalizado en el puesto 32º, un magnífico debut en un torneo regular del LPGA. Fátima había jugado de momento dos US Open y en ambos había fallado el corte. Ha demostrado, por si alguien tenía dudas, que su sitio es el LPGA. Carlota Ciganda, con una vuelta final de 70 golpes, para un total de par, finalizó en la parte baja de la clasificación. La navarra no termina de encontrar su mejor momento de forma, aunque no está tan lejos como pudiera parecer.
