Inicio Grandes Circuitos LPGA Tour María Hernández: historia de una gladiadora

María Hernández: historia de una gladiadora

Compartir

«He aprendido a tratarme el dolor, superarlo y conseguir que mi cuerpo siga adelante»

Sacarse la tarjeta del circuito americano mediante la Escuela tiene siempre un mérito tremendo, pero lograrlo como lo hizo María Hernández en Florida roza lo épico.

La jugadora navarra no llegó en un buen momento físico al torneo. Su juego sí andaba bien, el swing estaba en orden y funcionando desde Francia allá por el mes de septiembre, pero su cuerpo andaba renqueante por algo que sucedió en China a principios de novimebre. «No saben muy bien qué es, dicen que debe ser un parásito que cogí allí. Lo he pasado mal. Estoy débil, con diarrea, náuseas y mareos. El campo se me ha hecho larguísimo porque he estado pegando veinte metros menos con el drive, aunque con el paso de los días me he ido encontrando algo mejor», explica a Tengolf desde Florida poco antes de embarcar de regreso a España.

Hernández ha jugado mermada la Final de la Escuela y ha terminado tercera. La lectura, lógicamente, no puede ser más positiva para la brava golfista de Pamplona. Su juego anda en un buen momento. «Estamos en la dirección correcta. Vengo trabajando mucho con mi entrenador, Chris Mason, que fue compañero mío en la Universidad de Purdue y que ahora es uno de los cuarenta mejores entrenadores jóvenes de Estados Unidos. Llevamos mucho tiempo trabajando en un nuevo swing que me permita pegar a la bola sin que sufran las cervicales y parece que ahora lo tenemos. Ha sido un camino largo, pero estoy contenta. Creo que tengo el swing mejor que nunca. Eso y el concienzudo trabajo que hemos hecho en el juego corto en las últimas semanas ha sido clave para superar la Escuela», señala.

María está más que satisfecha con su resultado esta semana. «El primer día y el cuarto jugué muy bien. El sábado hice 65 y podía haber hecho unas cuantas menos. El segundo y el tercer día tampoco juegué mal, pero no supe hacer resultado y la última jornada fue muy dura por el frío y el viento, pero metí un chip en el hoyo 7 desde fuera para birdie y todo fue más fácil», afirma.

La jugadora española ha conseguido la tarjeta en las tres escuelas que ha disputado. El porcentaje es alucinante. En cualquier caso, ella misma asegura que no hay una pócima mágica. «No hay ningún secreto, sólo es fruto del trabajo, a veces sale antes y otras veces más tarde. Es una semana más de trabajo que ha salido bien. Llevo dos o tres años cambiando el swing y ya lo estamos consolidando. Antes lo tenía cogido con alfileres. También es cierto que suelo llegar bien a finales de año», concreta.

Todo es arduo proceso para cambiar el swing por culpa de esa lesión crónica que tiene la navarra en las cervicales le está permitiendo jugar con menos dolor. «Aún tengo algunos días con muchas molestias, pero no es lo de antes. Además, creo que aprendido a tratarme el dolor y a superarlo. Cada vez estoy mucho mejor. He conseguido que mi cuerpo siga adelante«, apunta.

Respecto al próximo año, Hernández confía en que al fin lleguen los buenos resultados esperados, aunque no se pone demasiadas expectativas. «Espero tener mejores resultados, pero no me voy a agobiar si las cosas no salen. Tengo que ir semana a semana. Confío en que el año empiece a ir hacia arriba, pero sin obsesionarme. Por ejemplo, la Solheim Cup no me preocupa, ni me quita el sueño. Si llega será una consecuencia del buen trabajo hecho», señala.

María vuelve ahora a España para pasar las vacaciones de Navidad y en enero regresará a Estados Unidos para preparar la próxima temporada.