Michelle Wie, alejada de los torneos profesionales de golf desde junio del pasado año por una lesión de muñeca y que espera su primera hija para este próximo verano, podría regresar a la competición a finales de año aprovechando el cambio de fechas del Women’s US Open, que se disputará del 10 al 13 de diciembre en el Champions Golf Club de Houston.
A la golfista estadounidense, de 30 años, esta modificación en el programa del torneo le ha dado una motivación extra: «Me abrió los ojos y pensé que tal vez podría hacerlo. Aún no he tomado una decisión definitiva, pero mi atención despertó completamente cuando escuché que el torneo se jugará en diciembre, es algo que tengo que analizar seriamente».
La ganadora de la edición de 2014 del evento ha estado muy ocupada durante estos meses fuera del LPGA Tour. En agosto de 2019 se casó con Jonnie West, un ejecutivo de los Golden State Warriors hijo de la leyenda de la NBA Jerry West. En septiembre colaboró con Golf Channel como comentarista de la Solheim Cup. Y en diciembre anunció que comentaría el Masters para la CBS, algo que finalmente no pudo hacer por el aplazamiento del torneo.
Un mes después, anunció su embarazo. Tendrá una niña este próximo verano. «Antes de quedarme embarazada pensaba que el final de mi carrera llegaría cuando tuviera hijos, que estaría bien así. Pero cuando supe que tendría una niña mi perspectiva cambió. Ahora quiero jugar para ella. Crear un futuro en el que me vea como una mujer fuerte, una atleta que sigue siendo alguien que lucha por sus sueños», confiesa.
Michelle se sometió a una cirugía en su muñeca en octubre de 2018. Ese año jugó 16 torneos, y en 2019, apenas cuatro. Cuando anunció su embarazo en enero solicitó una exención por maternidad al LPGA Tour, que le permitirá regresar un año después manteniendo sus misma tarjeta. «Es algo que nos permite concentrarnos en nuestros embarazos, no hay presión por jugar y es bueno poder volver donde lo dejaste. Definitivamente quiero volver», comenta Wie.
Desde que comenzó su carrera en el circuito, en 2009, nunca se ha perdido una temporada completa. Suma cinco triunfos, 6,8 millones de dólares en ganancias y ha sido una de las golfistas con mayor tirón mediático, convirtiéndose en imagen de varias marcas de productos de golf. Ahora contempla ya un regreso a los campos después de que nazca su hija.
«Jugar mientras estoy embarazada me ha dado tiempo para curar definitivamente mi muñeca y ‘sanar’ a nivel emocional. Me llevó mucho tiempo estar bien y perderle el miedo a pegarle a la bola hasta que comprobé que ya no tengo dolor. Ha sido estupendo poder jugar con mi marido, le encanta el juego. Jugar por diversión me ha ayudado a tener de nuevo ganas de volver a la competición», confiesa. La maternidad y, por qué no, el Women’s US Open ya le esperan…
