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Entrevista con Fátima Fernández Cano tras ganar en el Epson Tour 2022

No había una mejor manera de volver a poner el contador a cero

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Fátima Fernández Cano
Fátima Fernández Cano posa con el trofeo de campeona de un torneo del Epson. © Epson Tour

Fátima Fernández Cano ya se encuentra en Carlsbad, California. Allí ha empezado a preparar ya el JTBC Classic presented by Barbasol, torneo del LPGA Tour que marca el regreso del circuito a tierras norteamericanas tras la gira por Asia.

La gallega no puede llegar en un momento mejor. Hace menos de 24 horas levantaba el trofeo en el Carlisle Arizona Women’s Golf Classic, torneo del Epson Tour que se ha celebrado en Tucson. Allí fue para calentar motores antes de volver al LPGA y la puesta a punto no ha podido ser más positiva. 

En el fondo, según cuenta la propia Fátima a Ten Golf, ha sido como una especie de reseteo perfecto, como cuando se te cuelga el ordenador, ves que no va a ningún lado y decides reiniciar. «No fue el mejor comienzo de año. Jugué dos torneos y el arranque algo lento. Conforme pasaban las jornadas me iba encontrando mejor, pero claro, sólo fueron seis vueltas, ya que fallé el corte la primera semana, y de pronto más de un mes sin jugar», asegura.

Aquello no le vino bien a la compostelana. Ella sabía que necesitaba competición, tenía que rodarse, medirse con una tarjeta en el bolsillo, apuntando golpes y doliendo los bogeys. También tenía claro que no había que volverse el loca. No había que cambiar el plan. Simplemente, lo que tocaba era afinar la preparación. «Estoy súper contenta con la victoria. Es un modo de volver a empezar la temporada con muchas ganas. Empezó todo un poco lento. Comencé a sentirme mejor en el segundo y después un parón muy largo de cinco semanas y por eso vine aquí a Arizona para calentar y meternos en competición. Súper contenta de que las cosas vayan saliendo», asegura.

Una de las claves del triunfo en Arizona, en la ciudad de Mesa, ha sido la paciencia. Y tiene mérito. Aunque los dos primeros resultados en el LPGA no fueron buenos, Fátima la echó al suelo. No era momento de nervios ni de cambiar nada, había que seguir con el mismo plan, trabajando en las mismas cosas. Acierto. Así, por ejemplo, llegó una ronda de fábula el sábado. Una tarjeta de 61 golpes para enmarcar.

«Igual suena extraño pero la verdad es que no fue nada fuera de lo normal, jugué sólido y las dejé muy cerca. Fue un día que las cosas salieron pero sin meter putts de todas las esquinas. Ahora tengo muchas ganas de recomenzar en el LPGA, a seguir ahí a tiempo completo. Ojalá este triunfo no dé la energía necesaria para Carlsbad y los siguientes torneos. La clave ha sido la paciencia. Me dije a mí misma que debía continuar jugando, compitiendo, era lo que necesitaba, tener paciencia».