La jugada de Suzann Pettersen (-7) ha sido maestra. Vuelta de 69 golpes y liderato en solitario en el Ricoh Women’s British Open al finalizar una segunda jornada polar: viento potente y racheado, agua horizontal y frío. Manos heladas, psiques al límite e ilusiones desparramadas.
En este escenario marciano no es sencillo explicar la actuación de la noruega Pettersen (ella asegura que la clave está en no pensar y hacerlo fácil; el problema es cómo), pero resulta imposible entender la ronda de Maria Hjorth, que es su nombre de guerra de toda la vida, aunque ahora utilice el apellido de su marido, McBride: tarjeta de 66 golpes, seis menos en el día, sin bogeys… Porque además la sueca venía de firmar un 79 el jueves, que en comparación resultó una linda y festiva jornada, casi primaveral. Cinco Solheim contemplan a este veterana jugadora (41 años) y un buen puñado de top-ten en los Grandes, sin que nunca consiguiera el triunfo, así que no será por falta de experiencia y calidad. En este 2015 viene además recuperando poco a poco un buen nivel después de un tiempo en la sombra… A pesar de todo, no hay explicación lógica, porque además a ella le ha tocado jugar durante buena parte de su vuelta bajo las condiciones peores (la tarde ha sido aún peor que la mañana y Maria salió a jugar pasadas las dos de la tarde en Escocia). Impertérrita, su putt se movía con un temple y una seguridad inconcebibles en medio de la tormenta…
Y ya que nos movemos en el terreno de las hazañas, es obligatorio quedarse con Luna Sobrón (+3). La española ha sido la única amateur en pasar el corte, establecido en +5, y la siguiente, la francesa Celine Boutier, se iba a un resultado acumulado de +8. Antes de sufrir lo indecible por los nueve segundos hoyos del Ailsa course de Turnberry, Luna aún tuvo los arrestos de jugar sin complejos y con la sana intención de ganar de nuevo al campo. Hasta el hoyo 12 llegó mirando de frente al campo… Después tocó guardarse en las trincheras porque por momentos se hacía complicado hasta salir de un green con menos de tres putts en la mochila. Una actuación brava, por supuesto, pero también plena de concentración.
Mientras Beatriz Recari (+8) y Carlota Ciganda (+13) caían irremisiblemente, Azahara Muñoz (+2) también conseguía salvar los muebles y todavía dispondrá de margen de maniobra para reiniciar la remontada.
