La victoria de Stacy Lewis ayer en el Cambia Portland Classic parece sacada de la mente de algún atormentado escritor romántico de finales del siglo XVIII. Más de tres años ha tenido que esperar la fantástica jugadora norteamericana, exNúmero 1 del mundo, para volver a levantar un trofeo. Espera eterna que se resolvió con éxito en la mejor semana posible. El triunfo de Lewis tiene mucho de poético.
Antes de arrancar el torneo, Stacy anunció que todas las ganancias obtenidas esta semana irían destinadas a ayudar en las tareas de recuperación de las zonas devastadas por el huracán Harvey, que como saben ha afectado principalmente a Texas, estado natal de la jugadora americana. No había un cheque mayor que el de la campeona, así que para qué andarse con medias tintas. Victoria y donación de 195.000 dólares para paliar el sufrimiento de las víctimas del huracán.
Resulta curioso cómo se las gasta el destino. Las terribles inundaciones de Houston y alrededores se han visto envueltas en el punto y final de la que seguramente era la sequía más famosa del golf profesional. Diez torneos ganó Lewis entre 2013 y 2014, cuando ocupaba el trono mundial. Y cero entre 2014 y 2017, hasta que llegó el triunfo de ayer. Si había que esperar por esto, bien empleada está la espera, pensarán sus compatriotas.
Lewis se impuso en un emocionante final frente a In Gee Chun. La coreana apretó de lo lindo y obligó a su rival a desplegar todos los recursos posibles para acabar levantando el trofeo. Lo que parecía un paseo militar terminó en una agónica lucha al sprint. Stacy se acabó imponiendo con un golpe de ventaja sobre Chun y seis sobre Moriya Jutanugarn y Brittany Altomare.
En cuanto a las españolas, Azahara Muñoz (-4) fue la mejor clasificada. Se despidió con una vuelta de 72 golpes y finalizó en el puesto 41º, mientras que Belén Mozo cerró la clasificación con una tarjeta de 74 golpes el domingo.
