A falta de dos hoyos para acabar el Marathon Classic, la tailandesa de 25 años, Thidapa Suwannapura, sabía que tenía al alcance de la mano lograr el mejor resultado de su carrera en el LPGA Tour. Hasta ayer era un 18º en Arkansas, una marca que estaba a punto de caer. Lo que no se podía imaginar Suwannapura es que estaba también a dos hoyos de lograr su primera victoria en el circuito ameriano.
No lo esperaba la asiática ni nadie de los que estaba viendo el torneo. Parecía imposible. Tras hacer bogey en el hoyo 16, Suwannapura se colocó con -11, a nada menos que cuatro golpes de la sólida líder, Brooke Henderson, y tres de Brittany Lincicome, la golfista que realmente más estaba plantando batalla a la canadiense.
Sin embargo, el torneo aún daría vuelco sensacional. Suwannapura acabó con eagle y birdie en el 17 y 18 para un total de -14, al mismo tiempo que Henderson hacía dos bogeys en el 15 y 16 y Lincicome dejaba escapar vivos los dos últimos pares 5. Así, lo que parecía una clara batalla final entre Henderson y Lincicome pasó a ser un mano a mano entre ésta última y la tailandesa.
Acabaron empatadas a -14 y tuvieron que salir a jugar el desempate. Lincicome abrió la puerta de par en par al marcharse al agua de segundo golpe, mientras que Suwannapura aseguraba un birdie fácil, uno más. Es su primer triunfo después de 120 torneos en el LPGA y el segundo importante de su carrera tras el que logró en 2013 en el Hero Indian Women’s Open del Ladies European Tour. Suwannapura tuvo que superar en 2015 una peliaguda operación en la espalda a la que entró pensando que nunca más iba a jugar al golf. Es la tercera tailandesa que gana este año en el LPGA tras las hermanas Jutanugarn.
Por su parte, Lincicome ha demostrado en el Marathon que está preparada para jugar la próxima semana el Barbasol Championship del PGA Tour, todo un acontecimiento que permitirá a esta cita menor del PGA Tour compartir cierto protagonismo con el Open Championship.
Luna Sobrón (+4) no tuvo un buen domingo. La jugadora balear entregó una tarjeta de 74 golpes, marcada por un triple bogey doloroso en el hoyo 7 y acabó en la cola de la clasificación. Al menos, se marcha de Ohio con el buen sabor de boca de haber roto una secuencia de tres cortes seguidos fallados.
