· Mallorca, el auténtico paraíso del golf en Europa
· Mallorca, un destino top en Europa para el turismo deportivo
Además de un auténtico paraíso para los aficionados al golf, con 23 campos de primer nivel, una temperatura media de 19 grados centígrados y más de 300 días de sol al año, Mallorca es, sin ninguna duda, uno de los enclaves turísticos más importantes de Europa. Una isla en la que, más allá del deporte, podremos disfrutar de infinidad de actividades culturales, gastronómicas o de ocio, en especial al aire libre.
Un sinfín de posibilidades que tienen en sus espectaculares playas uno de los puntos de atracción más relevantes. Las casi 300 playas que podemos encontrar alrededor de toda la isla, de arena blanca o de roca, con aguas turquesas o cristalinas, recónditas o masificadas, tienen un encanto especial y por sus diferentes características, son capaces de satisfacer los gustos de todo tipo de visitantes nacionales e internacionales.
Playas de arena y piedra, con agua cristalina y más frías en el norte; playas de arena fina y blanca, con aguas turquesas, algunas aún vírgenes o a las que sólo se puede acceder a pie atravesando bosques o bajando por las rocas en la zona de Levante… Infinidad de posibilidades con un denominador común: todas ellas están formadas por las desembocaduras de los torrentes, ya que Mallorca carece de ríos.
En las zonas de la Playa de Palma (Can Pere Antoni, Platja de son Maties, Can Pastilla, s’Arenal, Cala Estancia…) se concentra gran parte del turismo. También son muy visitadas la zona de las Calas de Mallorca, en Manacor o Formentor, desde donde en días despejados se puede ver Menorca.
Playas como Es Trenc, Alcudia, Cala Llombards, Es Traves de Puerto de Sóller, Cala Mondragó, Cala Torta, Sa Calobra o Calò des Màrmols están también entre algunas de las diez más populares de Mallorca y merecen una visita durante el tiempo de estancia en la isla, en especial en primavera y verano.
NATURALEZA Y PAISAJES
Si dejamos atrás las playas y viajamos hacia el interior de la isla, podremos comprobar que Mallorca es también un paraíso para los amantes de la naturaleza. Sorprende por la gran cantidad de parajes naturales y diversidad de paisajes que ofrece, con un importante número de especies endémicas, de flora y fauna, y con una extensa red de espacios protegidos, con un 20% del territorio integrado en la Red Natura 2000 de la Unión Europea.
Montañas, bosques de encinas y pinos, humedales ,sistemas dunares, playas y calas, reservas marinas, además de pequeñas islas o islotes son refugios únicos para conectar con la naturaleza en la isla. Un enclave en el que, por encima de todo, destaca majestuosa la Serra de Tramuntana, en el noroeste de la isla, que toma su nombre de las corrientes de viento que recibe, y cuyo paisaje natural fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2011.
Su zona más elevada es el Puig Mayor, con 1.445 metros de altura, y cuenta con abundantes zonas kársticas con cuevas, como la famosa Cova de sa Campana, o profundos cañones, como el espectacular Sa Fosca que sale de Gorg Blau en dirección al Torrent de Lluc. Un entorno único, con 54 cimas por encima de los 1.000 metros de altitud, que supone un apasionante disfrute para los sentidos.
CULTURA Y ARQUITECTURA
La cultura es otra de las grandes atracciones de Mallorca. Su oferta de museos repartidos por toda la isla es amplísima y ella se puede conocer su historia y sus costumbres, transmitidas de generación en generación. Aunque también ha espacio para propuestas artísticas mucho más vanguardistas, con exposiciones ubicadas en construcciones de gran valor histórico y patrimonial.
La Catedral y el Castillo de Bellver, en Palma de Mallorca, son visitas imprescindibles para cualquier turista en la isla, pero no son los únicos… Conocer La Llotja, L’Almudaina, el Castillo de Capdepera, el Santuario de Lluc, la Cartuja de Valldemosa, la ciudad romana de Pollentia o los famosos Els Talaiots forman parte también de la agenda arquitectónica básica de cualquier visitante de esta espectacular isla.
Un enclave privilegiado que ha sido fuente de inspiración para numerosos artistas cuyos nombres figuran con letras de oro en la historia del arte del siglo XX, como Joaquín Soroya, Santiago Rusiñol, Anglada Camarasa, Joaquín Mir o Joan Miró, que fueron seducidos por el paisaje y la naturaleza de Mallorca, por su increíble luz, creando obras bellísimas y contribuyendo a que la isla cuente con una amplísima oferta de centros culturales y galerías de arte, con actividad expositiva durante todo el año.
GASTRONOMÍA
Y por supuesto, junto a sus playas, su oferta cultural y arquitectónica y sus incomparables paisajes, Mallorca ofrece una oferta gastronómica para todo tipo de paladares. Con una cocina basada en las ventajas de la dieta mediterránea, una de las más completas y saludables, en la isla se puede disfrutar de productos de calidad y platos tradicionales exquisitos.
Carnes de primera categoría, pescado fresco, verduras y frutas de temporada se combinan para ofrecer sabores auténticos en platos como la caldereta, el arroz de pescado, la coca de Trampó, la lechona asada a la mallorquina, el Arrós Brut, el Tumbet, los caracoles, la sopa o el mero a la mallorquina. Recetas que se pueden degustar en los famosos ‘cellers’, los restaurantes más tradicionales de Mallorca, que se pueden encontrar en toda la isla y se concentran especialmente en las localidades de Sineu, Inca y Petra.
También son típicos de la isla embutidos como la sobrassada, el botifarró o el camaiot, que combinados con el famoso pan payés forman parte de la dieta más tradicional en Mallorca. Sin olvidar, por supuesto, las populares ensaimadas, las más solicitadas por los turistas a la hora de volver a sus lugares de origen, uno de los muchos postres típicos de la isla como la coca de quarto, los robiols, los crespells, los bunyols, las coques de patata de Valldemosa, los sospirs de Manacor o las galletes d’Inca.
