Rory McIlroy, número 3 del mundo, buscará la próxima semana su primer triunfo en el Masters de Augusta, para así completar su particular Grand Slam. El Masters siempre ha sido un torneo muy especial para él y un triunfo le permitiría retomar la senda victoriosa en los majors, que quedó aparcada en 2015. Son motivos más que suficientes para centrarse en desplegar su mejor juego y huir de cualquier distracción.
En este sentido, el norirlandés ha confirmado a varios medios británicos su decisión de no disputar el tradicional Torneo de Pares 3 que, como cada año, se llevará a cabo un día antes del comienzo del Masters en el coqueto campo de nueve hoyos de la zona noroeste del Augusta National Golf Club. «Sencillamente, es un torneo complicado y siempre genera un poco de distracción», dijo McIlroy.
Además, la última vez que Rory no disputó el Torneo de Pares 3, en el que jugadores, familias y aficionados viven una jornada festiva antes de la ‘batalla’, fue en 2011, precisamente el año en el que estuvo más cerca de lograr la victoria en en Augusta. Tras llegar a la ronda final con cuatro golpes de ventaja sobre sus rivales, se fundió literalmente en los nueve últimos hoyos del torneo, con un terrible triple bogey en el 10 que echó por tierra todas sus posibilidades de enfundarse la chaqueta verde.
«El año que tuve mi mejor oportunidad de ganar en Augusta fue 2011 y no disputé el Torneo de Pares 3. Así que tal vez la decisión de no disputarlo este año pueda jugar en mi favor», aseguró el norirlandés. Es decir, más allá de evitar distracciones y concentrarse al máximo en el Masters, que también, la decisión de Rory tiene un componente añadido de superstición. En su mejor año en Augusta no lo jugó y, además, es sabido que ninguno de los ganadores del Torneo de Pares 3 han terminado nunca vistiéndose de verde el domingo.
El Torneo de Pares 3, como de costumbre, reunirá a jugadores e históricos ganadores del Masters, que acompañados por sus mujeres e hijos, en muchos casos como improvisados caddies, harán las delicias de los aficionados con golpes magistrales: nueve hoyos de 70 a 140 yardas, con más de 80 hoyos en uno en los últimos años, y nada menos que cinco hoyos en uno en 2002, récord del torneo.
