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Entrevista con Azahara Muñoz | La campeona histórica del open de España confía en que la victoria en Aloha sea un punto de inflexión

«Me como tanto la cabeza que me hago más daño»

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Azahara Muñoz se sube a un avión a las ocho y media de la mañana en Málaga. Viaja rumbo a Florida. Su casa al otro lado del Atlántico. Apenas ha tenido tiempo de celebrar la que, sin duda, ha sido la victoria más emotiva de su carrera. Está contenta, feliz y, sobre todo ligera de equipaje. No sólo porque el trofeo se queda en casa de sus padres en San Pedro de Alcántara, sino porque tiene la sensación de haberse quitado un gran peso de encima.

¿Cómo se siente la campeona del Open de España?

Increíble. Muy contenta. Feliz. Sabía en el hoyo 18 que tenía que hacer dos putts para ganar y me dije, mira Aza no te líes, acércala y gana el torneo. Cuando estaba en el tee del hoyo 18, tras meter el putt del 17, lo tenía tan cerca, pero a la vez lo veía muy lejos. Me dije que había que centrarse en el golpe a golpe. El drive fue muy bueno y eso me dio mucha tranquilidad. Después, Beth se fue al agua, pero aún podía hacer el par y yo me concentré en hacer el birdie, aunque no hizo falta. Cuando metí el último putt fue increíble, ver a tantas caras conocidas, a los niños de San Pedro. Fue muy emocionante.

Si te lo dicen el jueves antes de empezar…

Si soy sincera, antes de empezar el torneo no me podía imaginar que el domingo iba a acabar de esa manera. No me lo podía esperar porque empecé la semana con muchísimo agobio. Sé que no debería ser así y que cualquier cosa puede pasar en un torneo, pero llegué sin jugar bien, aunque tampoco mal, pero no me terminaban de salir las cosas. Lo que yo quería era haber llegado jugando espectacular y eso no era así. Estaba muy agobiada. Nunca se puede decir que no me esperaba ganar, pero soy mucho de rachas y me cuesta salir de las malas cuando no estoy bien. Me como tanto la cabeza que por eso me duran tanto las rachas. No es que dijera que no pudiera hacerlo, pero no estaba en mi mejor momento.

Su cara en el hoyo 18 tras ser la primera española que ganaba el Open de España no era tanto de felicidad como de alivio…

Así es. Me he quitado un gran peso de encima. Es raro, más que contenta, que lo estoy mucho, es casi más un alivio, tenía tanto miedo a que las cosas no me salieran bien y en defraudar a la gente de mi pueblo en el Open de España, tenía tantas ganas de hacerlo bien, que cuando acabó el torneo y gané dos años después de mi último triunfo, fue una sensación de alivio. Sé que está mal y que no debería ser así, pero es la realidad. Por fin me ha salido bien una semana. Cuando lo haces, la sensación es de Dios por fin…

Y qué mejor que romper una mala racha que en el Open de España y en casa…

(Jajajaja) No hay nada mejor. Me pongo mucha presión, cuando hablé a principios de semana estaba agobiada porque tenía tantas ganas de hacerlo bien y tanto miedo a que no saliera…

Cuéntanos con detalle el momento clave del Open de España: el putt de birdie del hoyo 17…

Pues fue algo muy curioso porque en cuanto llegué a la bola me di cuenta de que era exactamente el mismo putt que tuve en Chantaco en el hoyo 17 hace dos años para ganar el torneo. La misma distancia y la misma caída. Lo vi muy claro en Chantaco y lo vi muy claro también en Aloha. Tenía ocho o nueve metros y lo tiré segura de que iba a entrar.

Cuáles son los planes ahora…

Me quedan seis torneos, todos sin corte, y sobre todo me he propuesto que pase lo que pase no tomarme las cosas tan a pecho. Me como tanto la cabeza que me hago más daño. Antes no era así, hacía pocas como fuera, pero a partir de esta semana me voy a proponer jugar con libertad, agarrarme al campo como pueda. Mi problema es que quiero pegar a la bola perfecto y parece que si no es así no sé jugar y no se pueden hacer pocas.

La victoria más especial de su carrera…

Sin duda. Es la primera vez que estaba toda mi familia viéndome. Todos más felices que yo. Mi hermana lloró y mi hermano también. Ellos nunca me habían visto ganar en directo, así que fue muy emocionante que pudiéramos compartirlo todos juntos.