Los tambores de guerra a cuenta de las nuevas Reglas que han entrado en vigor en 2019 suenan cada vez con más fuerza en el PGA Tour. Jugadores con un peso específico muy grande como Brooks Koepka, Justin Thomas, Rickie Fowler o Jon Rahm han puesto sobre la mesa la posibilidad de romper con la USGA y el Royal and Ancient y generar sus propias Reglas a través del circuito americano. Es un intento de fractura en toda regla, si nos permiten la expresión facilona.
A Koepka se le suelta la lengua
Rahm reclamaba en su blog que el golf de los profesionales no es idéntico al de los amateurs, tanto por intensidad como por lo que hay en juego, y que por tanto las Reglas no tenían por qué ser las mismas.
«Si Slugger White (árbitro jefe del PGA Tour) y John Paramor (árbitro del European Tour) se unieran y establecieran las Reglas estoy seguro de que serían más justas y proporcionarían una mejor experiencia para los aficionados y los jugadores”
Koepka iba incluso un paso más allá este domingo. Dijo que se iba a soltar la lengua y, desde luego, no defrauda cada vez que abre la boca. En esta ocasión, a cuenta de las Reglas señaló que “no conozco ningún otro deporte profesional donde el organismo que promueve la competición no disponga de sus propias Reglas. Curiosamente, en golf tenemos una institución que organiza un torneo al año (se refiere a la USGA con el US Open) y son ellos los que dictaminan las Reglas para todo el año. Si Slugger White (árbitro jefe del PGA Tour) y John Paramor (árbitro del European Tour) se unieran y establecieran las Reglas estoy seguro de que serían más justas y proporcionarían una mejor experiencia para los aficionados y los jugadores”.
Rickie Fowler bromea con el nuevo procedimiento para dropar
Justin Thomas, por su parte, critica abiertamente la falta de comunicación de la USGA con los jugadores profesionales. “Muchas de las cosas que la USGA está haciendo en términos de Reglas y preparación de los campos de golf no parecen estar mejorando el juego y tampoco da la sensación de que estén haciendo un esfuerzo por tener una comunicación con los jugadores”. Adam Scott ya dijo en su momento que muchas de las nuevas Reglas le parecían ridículas y Rickie Fowler opina que “los cambios que hicieron pensando que iban a simplificar las cosas, pienso que ha sido justo lo contrario. No creo que sea justo decir que todo está bien o todo está mal. Es cuestión de que hay cosas mejorables y todos los que estamos aquí con la intención de hacer crecer el golf, jugadores, periodistas, árbitros y Tours deberíamos sentarnos a la misma mesa y ponernos de acuerdo”.
“Muchas de las cosas que la USGA está haciendo en términos de Reglas y preparación de los campos de golf no parecen estar mejorando el juego»
No hay que rascar mucho más para saber a ciencia cierta que los jugadores profesionales están en pie de guerra y habrá que ver cómo termina esta disputa. Mientras tanto, en medio de tanto ruido, Jack Nicklaus, la voz de la experiencia y la templanza, trata de poner algo de cordura. Pide tranquilidad a los jugadores, que la echen al suelo. “Comprendo muy bien a los jugadores porque yo también formé parte de eso cuando tuvimos una polémica de Reglas en los años 60″, dijo Jack Nicklaus, reconociendo la frustración de los jugadores modernos y comparando el estado de ánimo hace 50 años. “Pero en aquel entonces todos tomamos la posición de que no somos más importantes que el propio juego del golf, y el juego del golf es la USGA y la R&A. Y así, sentimos que si hiciéramos eso (nuestras propias reglas), nos habríamos puesto a nosotros mismos por encima de los órganos dominantes del golf y no pensamos que fuera lo correcto”. Veremos a qué conclusión llegan los golfistas actuales.
“Hace 50 años sucedió algo parecido y todos tomamos la posición de que no somos más importantes que el propio juego del golf, y el juego del golf es la USGA y la R&A»
Realmente, parece más bien cuestión de tiempo para que los jugadores se acostumbren a los cambios, pero veremos si en una sociedad donde todo va a mil por hora hay la paciencia suficiente como para asimilar esas modificaciones sin producir una ruptura que sería histórica y bastante triste.
