José María Olazábal se ha metido en vena una inyección de autoestima que venía pidiendo a gritos. Necesitaba demostrarse cosas y qué mejor que jugar el fin de semana en el Masters…
Justo cuando las condiciones se han puesto más difíciles ha emergido a la superficie la mejor versión del jugador de Fuenterrabía. «He disfrutado mucho en el campo. Sabía que iba a ser un día duro y estaba mentalizado. No ha sido mi mejor vuelta de juego, pero sí he ido con la actitud adecuada, aceptando los fallos y tratando de sacar lo mejor de cada golpe. Me queda la rabia de no haber metido algún putt más en los segundos nueve para terminar bajo par», explicó.
Olazábal ha firmado una tarjeta de 72 golpes, la mejor en Augusta desde el 71 de la segunda ronda en 2009, aunque en aquella ocasión no pasó el corte. El capitán de la Ryder no se metía en el fin de semana de Augusta desde 2007, cuando acabó en el puesto 44º. Un año antes, en 2006, fue tercero.
En cuanto a la ronda, ha habido un poco de todo. Chema ha hecho tres birdies y tres bogeys, mejorando notablemente sus prestaciones con los hierros. «Hoy la tónica ha sido diferente. El drive no empezó muy bien, pero los hierros sí han funcionado. Poco a poco voy juntando cosas, a ver si consigo finalmente que todo cuadre algún día. Estoy trabajando para ello y es bueno ver que hay señales positivas», explicó.
Olazábal finalizó con +2, entre los cuarenta primeros del Masters de Augusta.
