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Diez días después de ser padre Jordi García del Moral firma en el Alps la mejor vuelta de su vida

Álvaro llega al mundo con un 60 bajo el brazo (y casi 59)

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La tarjeta de Jordi García del Moral.

Primera vuelta del Alps Tour después del confinamiento. Primera vuelta de Jordi García del Moral. Ha sido en el recorrido GC Erzherzog Johann, en Maria Lankowitz, muy cerca de Graz, Austria. Jordi ha arrancado con birdies en el 1 y en el 2, presagio estupendo del huracán que se iba a desatar en la primera jornada del Gosser Open. Después, llegarían más birdies, en el 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 11, 12, 13 y 17… Doce, un total de doce birdies para una vuelta de 60 golpes. La mejor toda su vida, asegura a Ten Golf desde tierras austríacas. El parcial de nueve bajo en los diez hoyos que van desde el 3 al 13 es simplemente prodigioso.

Ni que decir tiene que es líder destacado del torneo después de la primera jornada, con cuatro golpes de ventaja sobre el también español Ángel Hidalgo (-8), que ha comenzado igualmente como un tiro aunque quede parcialmente eclipsado por la actuación de García del Moral.

Dicen que los niños suelen llegar al mundo con un pan bajo el brazo, pues bien, Álvaro, el segundo hijo de Jordi que nació el pasado día 3 de agosto, ha llegado con un 60. Que no está nada mal. «Lógicamente en los últimos días no he podido entrenar mucho por el nacimiento de Álvaro, pero la vuelta ha sido perfecta. Prácticamente no he hecho nada mal, no he fallado un golpe, todo muy bien y todo muy ordenado. No me puedo poner un solo pero», aseguraba.

Obviamente, hay que hacer muchas cosas bien para hacer una vuelta de doce bajo par en cualquier campo, no obstante si tuviera que destacar dos momentos del día, Jordi tiene claro que serían el hoyo 6 y el 18. El primero porque fue un punto de inflexión que ayudó a todo lo que vendría después. «He tenido suerte, mucha suerte diría yo. Es una salida en la que hay que pegar un drive alto para pasar por encima de unos árboles. No he conseguido darle la altura necesaria y he tenido la suerte de la bola ha atravesado los árboles. Justo debajo hay agua, así que habría sido un pequeño desastre. Me he quedado con un tiro largo, de 170-180 metros (lo normal si pasa por encima de los árboles es dejarla a tiro de wedge), pero he pegado un gran hierro 5, la he dejado a tres metros y he hecho el birdie. He pasado de un posible bogey o doble bogey a un birdie y después han venido seguidos los del 7, 8 y 9, Me ha dado mucho impulso», asegura Jordi.

El segundo momento, lógicamente, ha sido en el hoyo 18. El golfista de Castellón ha pegado un gran drive a calle y un golpazo a bandera que ha pasado muy cerca del eagle. La bola se ha quedado a metro y medio y admite que ahí ha notado el peso del 59. «He ido muy tranquilo toda la vuelta, pero en ese momento se notan los nervios. Había mucha gente en el green viendo el momento por aquello de que podía ser 59 y he tirado un putt muy malo, horrible, pero bueno, tampoco me voy a reprochar nada con el doce bajo par», asegura entre risas. También tuvo una buena opción en el hoyo 16, par cinco. Llevó la bola al collarín de dos, pero no pudo hacer el birdie.

Sea como fuere, manera espléndida de regresar a la competición oficial después de tanto tiempo y, de paso, celebrar la segunda paternidad.

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