Miguel Ángel Jiménez (-6) ha entregado una tarjeta de 70 golpes en la segunda ronda del Insperity Invitational, torneo del PGA Champions Tour que se está disputando en el Woodlands Country Club de Texas. Una vuelta con tres birdies y un bogey que, de no ser por los resultados estratosféricos de los tres primeros clasificados, le habría permitido salir mañana con opciones de pelear por la victoria.
El malagueño había arrancado el torneo, que reparte 2,3 millones de dólares en premios, con una fantástica ronda de 68 golpes, para situarse empatado en la cuarta posición, a un solo golpe de los líderes. Sin embargo, este sábado, Brandt Jobe (-12), con una vuelta de 64 golpes, así como Steve Stricker (-12) y Steven Alker (-12), con 65 cada uno, han ‘arrasado’ el recorrido texano convirtiendo la pelea por el triunfo en cosa de tres.
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Como mucho, Ken Duke (-8) o tal vez Woody Austin (-7) podrían tener una mínima posibilidad de victoria si cierran la ronda final con un resultado bajísimo y fallan los tres colíderes. Algo que se antoja tan complicado como para Miguel, empatado en el sexto puesto con otros cinco jugadores más y que necesitaría una remontada casi histórica para lograr el que sería su tercer título de la temporada.
El malagueño, en cualquier caso, buscará un buen resultado que le permita mantener una semana más el liderato en la Charles Schwab Cup, uno de sus grandes objetivos para este 2022, ante la ‘amenaza’ del australiano Steven Alker, uno de los tres jugadores que lideran el torneo tras esta segunda ronda y al que aventaja en algo menos de 28.000 dólares en la clasificación general del circuito senior estadounidense.
