Miguel Ángel Jiménez (-14), uno de los jugadores más queridos por el público estadounidense (y de todo el mundo del golf, en general), se ha llevado la victoria en el primer torneo de puertas abiertas tras la pandemia, el Sanford International del PGA Champions Tour. El golfista malagueño, colíder en las dos primeras jornadas de competición, ha firmado una tarjeta de 65 golpes en la última ronda para romper el empate y conquistar su décimo triunfo en el circuito para seniors, incluidos dos majors.
Su peculiar manera de calentar los músculos antes de salir a jugar, sus bailes cuando las cosas marchan como le gusta, esa ya famosa celebración a lo samurai guardando el putter como si fuera una espada o sus famosos puros en la Casa Club han convertido a Miguel en todo un personaje que despierta simpatía allá donde va. ¿Quién, si no, iba a ganar el primer torneo con aficionados en el campo después de casi medio año?
Sanford Health, empresa socia del PGA Tour encargada de los test PCR y la burbuja de seguridad del circuito, patrocinaba este evento del PGA Tour Champions en el Minnehaha Country Club de Sioux Falls, en Dakota del Sur. El momento perfecto para llevar a cabo un primer test para el retorno progresivo de los fans a los campos de golf, respetando las medidas sanitarias y los estrictos protocolos anti covid-19.
El experimento, al menos aparentemente, ha sido todo un éxito (pese a la no obligatoriedad del uso de mascarillas) y puede dar pie a que más pronto que tarde empiecen a verse aficionados en los campos del PGA Tour, aprovechando la ventaja en cuanto a espacio y juego en espacios abiertos que ofrece el golf respecto a otros deportes.
Y si sanitariamente ha salido todo a pedir de boca, algo que habrá que comprobar en los próximos días, deportivamente, mucho más, con el segundo triunfo de la temporada para el golfista malagueño, tras el Mitsubishi Electric del pasado enero, después de cerrar una última ronda libre de bogeys, con tres birdies y un eagle, frenando los ataques de Steve Flesch (-13), Steve Stricker (-13), Bernhard Langer (-12). No hay nadie como Miguel.