San Roque Club y Finca Cortesín se han vuelto a mostrar como lo que son: dos campos que exprimen todos el golf que cada profesional lleva dentro. La primera jornada del Gecko que arrancó este lunes lo ha vuelto a poner de manifiesto. Apenas dos vueltas por debajo de 70 golpes, sólo siete jugadores bajo par y ninguna tarjeta libre de bogeys. Bienvenidos al máximo nivel.
El alemán Patrick Kopp y el sueco Anton Karlsson, ambos con cuatro bajo par, son los dos primeros líderes con sendas vueltas de 68 golpes, ambas en San Roque Club. De hecho, dentro de la exigencia, San Roque se ha mostrado algo más indulgente que Finca Cortesín. No en vano, de las siete vueltas bajo par, sólo una ha sido en el recorrido de Casares. En este sentido, hay que dar todo el crédito del mundo al resultado de 71 golpes que ha entregado el francés Adrien Saddier (-1), golfista que el año pasado jugó el Challenge Tour y con tarjeta del European Tour completa en 2014.
Saddier se ha situado en la quinta posición, empatado con el sueco Simon Forsstrom y el inglés Mark Cleary. Entre ellos y los líderes se encuentran Manuel Quirós y el finlandés Jani Hietanen, ambos con dos bajo par en San Roque.
La dificultad que entrañan ambos recorridos puede apreciarse en el corte provisional, situado hoy en +3 y que este martes bien podría irse a +5 ó +6. En este sentido, está en el límite el veterano y gran atracción esta semana, Barry Lane. El inglés ha comenzado con cinco sobre el par, mismo resultado que Pep Anglés, español campeón de Europa amateur. Eso sí, Anglés jugó en Finca Cortesín y Lane en San Roque.
Destacar también el resultado de Roman Sebrle, campeón olímpico y recordman mundial de descathlon, que firmó hoy 87 golpes en San Roque.
Otro buen ejemplo de las dificultades que entraña un campo como Finca Cortesín, preparado al más puro estilo del European Tour, ha sido el arranque de todo un veterano curtido en mil batallas como Carlos Balmaseda. El madrileño abría el torneo con un parcial terrible de +12 en tres hoyos, un diez en el 1 y en el 3 y bogey en el 2. Pese a todo, Balmaseda supo hacer borrón y cuenta nueva y a partir de ese negro momento jugó en dos sobre el par.
