Sam Burns, Jhonattan Vegas, Adam Hadwin y David Lipsky son los colíderes después de la primera jornada del Valspar Championship, cuarto y último torneo de la gira por Florida del PGA Tour, después de entregar cada cual tarjetas de 64 golpes en el siempre complicado Copperhead course del Innisbrock Resort (Palm Harbor, Florida).
Es muy curioso lo que suele ocurrir en este torneo, prácticamente en cada edición, desde que iniciara su andadura en el PGA Tour en el año 2000. Normalmente, después de la primera jornada siempre suele haber un líder o líderes capaces de hacer muy pocas en Copperhead, con un resultado que de manera habitual, año tras año, ronda el -6 o lo supera, como en esta ocasión. Y sin embargo luego se van complicando las cosas, se van endureciendo y poniendo rápidos los greenes, hasta el punto que en las veinte ediciones anteriores el resultado ganador rara vez pasó del registro de -15. Sólo ocurrió, de hecho, en tres ediciones y en todas ellas, además, el ganador anduvo muy inspirado y se impuso con varios golpes de diferencia: en 2002 Choi alcanzaba el -17, pero ganaba con siete golpes de ventaja; en 2004 era Vijay Singh quien se iba hasta -18 para ganar, pero lo hacía con cinco de ventaja; y en 2021, el año pasado, Sam Burns vencía con -17 y una diferencia de tres golpes sobre el siguiente.
Cualquiera diría, con los resultados que ahora mismo tenemos sobre la mesa, que en las anteriores veinte ediciones sólo en dos ocasiones hubo que llegar -10 para entrar en el top ten (en las otras 18 ocasiones nunca hubo que llegar a un registro bajo par de dos dígitos para alcanzar el top ten). Pero así fue. Es cierto, no obstante, que esta semana los resultados parecen algo más disparados, pues hoy han sido más de ochenta los jugadores que han ganado al campo, pero mejor será aguardar acontecimientos y no ‘fiarse’ tanto de la generosidad del Copperhead course.
Hay otro dato histórico que se ha dado en esta plaza que tiene su miga, incluso su misterio. En las veinte anteriores ediciones sólo en una ocasión el líder de la primera jornada terminó cantando victoria. Ocurrió en el primero de los dos triunfos de K. J. Choi, en 2002. Y nunca más ha vuelto a darse. Es más, en diez de las veinte ediciones que se han jugado de este torneo, el ganador final ni siquiera estaba dentro del top ten después de la primera jornada… En este sentido, es obligatorio recordar la remontada de Calcavecchia en 2007, que firmaba un 75 (+4) en la primera ronda y se colocaba en el puesto 112º, a diez golpes del líder, y terminaba ganando con un acumulado de -10.
Como es lógico, poco o nada les importará a los cuatro colíderes este dato. Faltaría más. Que les quiten lo ‘bailao’. Mientras no se demuestre lo contrario, aunque tantas veces haya ocurrido, ellos son quienes llevan la ventaja, y muy bien que se lo han trabajado. Merece especial mención la actuación de Sam Burns, ganador aquí el año pasado. El de Luisiana ya se ha asomado al balcón de candidatos las dos semanas pasadas, Bay Hill y Sawgrass, y parece mantener el buen pico de forma.
Los dos aspirantes al Número Uno mundial presentes esta semana, Collin Morikawa (-3) y Viktor Hovland (-2) no han comenzado entre los mejores, pero no dejan de ser todavía un peligro para el trono de Jon Rahm, con tarjetas de 68 y 69 respectivamente. De igual manera, y con mayores razones en vista de sus resultados, hay que contar con Justin Thomas (-5), Brooks Koepka (-4) o Dustin Johnson (-4).
