Se esperaba con cierta expectación la rueda de prensa de Brooks Koepka este miércoles, en la previa del Shriners Children’s Open del TPC Summerlin, en Las Vegas. Sobre todo después de que ayer mismo se anunciara que disputará la próxima edición del The Match de Capital One el Día de Acción de Gracias frente a nada más y nada menos que su rival por antonomasia, Bryson DeChambeau, con quien viene manteniendo una ‘guerra’ dialéctica en los últimos tiempos.
Sin embargo, el de West Palm Beach ha pasado de puntillas sobre el torneo de exhibición diciendo únicamente que «está emocionado» de poder disputarlo y esquivando las preguntas sobre cuándo y cómo surgió esta posibilidad con un escueto «no lo sé, eso preguntádselo a Bryson«. Así que, ante su evidente intención de mantener la incógnita hasta el día del enfrentamiento, las preguntas a Brooks se han centrado en otros aspectos de su carrera y de su juego.
El más interesante, el relacionado con sus declaraciones tras la Ryder Cup de Whistling Straits en las que desvelaba que había visto cosas positivas en su juego: «Creo que con el driver estuve bastante mejor, después de no haberle pegado bien a la bola este año. Había estado fallando por los dos lados, pero era algo relacionado más con el swing que otra cosa. También había hecho bastantes bogeys con los wedges, algo que creo que se debía a intentar ser demasiado perfeccionista y eso a veces hace que te salga el tiro por la culata».
«Creo que me estaba frustrando un poco, volviéndome algo impaciente y todo eso, así que tuve que dar un paso atrás para darme cuenta y pensar que no estaba jugando tan mal como creía, que me estaba poniendo más presión interna de la necesaria. Y en cuanto al putt, tuve problemas, pero no por estar alineándome mal o por ejecutar mal los goles, tenía que ver más con mi lectura de los greenes», ha explicado Koepka.
«Con mi entrenador de putter, Jeff Pierce, trabajé un poco con AimPoint y comencé a utilizarlo. La Ryder Cup fue la primera vez que lo usé y me pareció una buena solución, no como una respuesta en sí a los problemas sino como una doble verificación para poder comprobar el lugar donde el putt debería ‘romperse’, para luego colocarte detrás, agacharte, mirarlo y hacer cosa normales, que sólo sea una segunda verificación. Y además te ahorra tener que estar todo el tiempo de rodillas, así que es una ventaja doble», finalizó Brooks.
