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A Rahm se le resiste el domingo explosivo, pero la cultura del pelotazo no va con él

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Jon Rahm en la jornada final del BMW Championship. © Golffile | Ken Murray
Jon Rahm en la jornada final del BMW Championship. © Golffile | Ken Murray

Jon Rahm (-16) ha cerrado el BMW Championship, segundo playoff de la FedEx Cup, con una tarjeta de 69 golpes y un notable quinto puesto, otro top ten más para la colección en un torneo de campanillas. Top 5, para más señas. A pesar de todo, el joven español llegará a la última cita, la gran final del PGA Tour, el Tour Championship en East Lake, perdiendo una posición en el ranking, pues ha pasado de la quinta posición a la sexta. Un retroceso agrio y cruel, si tenemos en cuenta el rendimiento que este jugador viene mostrando en los últimos dos meses.

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El español salía hoy, como otros muchos, en busca de la segunda posición, a expensas de que luego Justin Thomas, el líder rotundo y destacado, abriera o no las puertas a la lucha por el triunfo. Pero Jon no ha tenido uno de esos días que llamamos redondo. O fino. Estaba cogiendo casi todas las calles, pero acto seguido no encontraba la manera de dejar la bola cerca del hoyo.

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Algún purito siempre puede entrar (en el 9 enchufaba uno de más de doce metros, por ejemplo), pero no suelen salir vueltas eléctricas en tal tesitura, pegando hierros muy correctos, pero algo remolones, digámoslo así. No obstante, como el jugador de talla extra grande que es, se las estaba arreglando para sacar adelante una ronda mucho más que digna, sin dejar de mirar hacia arriba, hasta que su bola encontraba el agua en el 17 del Course 3 de Medinah.

Una ronda final por debajo de los setenta golpes nunca puede ser mala o mediocre, pero no, no ha sido este tampoco el domingo soñado por el de Barrika. De todos modos, sus actuales y consistentes hechuras y su sólido despliegue de juego, semana a semana, no resisten un análisis negativo, se mire por donde se mire.

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Tiger ha dicho que hoy en día prima la cultura del pelotazo en la élite del golf mundial, entre otras razones porque muchos jugadores, según el californiano, sólo piensan en cuadrar esas tres o cuatro semanas buenas durante la temporada con las que seguir luciendo palmito. Pues bien, seguro que por Jon Rahm no lo dirá, porque este muchacho ha ganado tres de los últimos 21 torneos que ha disputado, sumando además en este tiempo la friolera de catorce top ten.

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Todavía le queda la bala de East Lake, donde saldrá el jueves a seis golpes de Thomas. Si el de Kentucky llega con la inercia que ha generado en Medinah, muy mal lo tienen todos, pues ya sabemos cómo las gasta este jugador cuando blinda la burbuja, pero afortunadamente a nadie extrañará encontrarse a un tal Jon Rahm en las primeras posiciones, sea el jueves, el viernes, el sábado o el domingo.

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