La segunda ronda del Zurich Classic of New Orleans no se pudo completar por tormenta. A las 16.30, hora local en Louisiana, los árbitros del PGA Tour hacían sonar las sirenas. El juego se suspendía con todos los golfistas de la tarde aún en el campo. Se reanudará hoy a las ocho de la mañana, también hora local. Así, aún no sabemos quién terminará como líder una vez entregadas todas las tarjetas, ni se ha determinado aún dónde acabará el corte. Sí sabemos, no obstante, que Gonzalo Fernández Castaño, pese a la mejoría experimentada el viernes no jugará el fin de semana.
El frío titular no deja lugar a la duda. Gonzalo ha fallado el corte. Es el quinto que se le escapa en los últimos seis torneos. Es evidente que la racha es mala, pero hay algo que está cambiando en la temporada del jugador español y que necesariamente invita al optimismo para los próximos torneos. El trabajo está dando sus frutos y se refleja en las tarjetas.
Fernández Castaño se despidió ayer del Zurich Classic con una vuelta de 68 golpes. Es una tarjeta notable, poderosa. Hizo cinco birdies y un solitario bogey, éste tripateando en el hoyo 18 y fallando para par desde un metro. El optimismo no emana únicamente de esta vuelta, sino de lo que viene mostrando en los últimos torneos. Es el tercer 68 de Gonzalo en tres torneos. Es el tercero en las últimas siete vueltas. Es decir, casi la mitad de las tarjetas que ha entregado el madrileño en las últimas cuatro semanas (en medio está el Masters) es de 68 golpes. Firmando muchos 68 no hay duda alguna de que Fernández Castaño salvará la tarjeta. Cierto es que el margen es cada vez menor, pero también es verdad que aún quedan exámenes por delante.
Y decimos que algo está cambiando porque en las 22 vueltas precedentes al primer 68 de esta racha (segunda ronda del Shell Houston Open), Gonzalo no había conseguido ninguno y apenas había podido bajar una vez de 70 golpes (hizo 69 en la segunda vuelta de Puerto Rico). La diferencia es notable. Hay un cambio en la tendencia. Gonzalo está jugando mucho mejor y está siendo capaz de traducir ese nuevo swing que está trabajando con Randy Smith en rondas bajas.
Tan evidente es que algo está cambiando en el año de Gonzalo como que aún queda una vuelta de tuerca. Esa vuelta de tuerca esencial para cualquier golfista profesional que se llama consistencia. El madrileño necesita regularidad, y eso es lo que está buscando. Por ejemplo, está temporada aún no ha encadenado cuatro vueltas bajo par consecutivas. La última vez que lo hizo en el PGA Tour fue en el The Barclays, primer playoff de la FedEX Cup. El meollo de esta regularidad está en el putt. El juego largo anda bastante ordenado en las últimas semanas, pero en los greenes todavía alterna vueltas buenas, como la de ayer, con otras en las que siente que se ha dejado muchos golpes. En esa tarea está ahora mismo Gonzalo y en el momento que cuadre lo volveremos a ver arriba más de uno y dos domingos.
