Bubba Watson, Charley Hoffman y Graham DeLaet (-10) comparten el liderato del Travelers Championship a falta de una jornada. Son buenos líderes, pero inestables, y por la trasera aparece una inquietante amenaza fantasma.
Son inestables porque así lo demuestra su hoja de servicios. Bubba, pese a tener una ‘Chaqueta Verde’ en su armario, y haber ganado este mismo torneo hace tres años, no lleva bien eso de salir el domingo con la chapa de capo del torneo. Cinco veces tuvo que defender posición en el PGA Tour y sólo campeonó en una ocasión (New Orleans, 2011). A modo de aperitivo de lo que hoy podría ocurrir, el pegador zurdo dilapidó en los últimos nueve hoyos una ventaja de cuatro golpes, con tres bogeys en los últimos seis.
Charley Hoffman sólo llegó una vez como líder al domingo y sucumbió. Además, el recuerdo de lo que ocurrió el año pasado aún está muy reciente. Tenía dos golpes de ventaja para ganar cuando mandó su tiro de salida en el 17 al lago. “Soy un jugador más maduro y eso no volvería a pasar. Me siento cómodo en ese tee”, señaló Hoffman tratando de alejar fantasmas.
Graham DeLaet, por su parte, se verá por primera vez en esta situación. Nunca salió del líder un domingo en el PGA Tour. A la presión que esto supone de por sí, se une un compromiso solidario con sus compatriotas canadienses. Está colaborando para paliar el desastre producido por las recientes inundaciones en su país que, entre otras cosas menores, obligaron a suspender la prueba del PGA Tour Canadá de esta semana. Dona 1.000 dólares por cada birdie y 2.500 por cada eagle.
Y, mientras tanto, por detrás viene la amenaza fantasma. Nadie daba un duro por él esta semana. A muchos, incluso, les extrañó su presencia en el Travelers. Pero está aquí y sin hacer ruido se ha plantado con opciones muy serias de victoria el domingo. Se trata de Justin Rose. El inglés, flamante ganador del US Open, tiene pocas opciones de victoria si tiramos de estadística, pero una vez superado el corte y colocado para ganar puede pasar cualquier cosa. Seguramente es el que menos presión tiene de los 74 jugadores que han llegado al domingo.
