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Marc Leishman resiste el sensacional ataque final de McIlroy y se logra el triunfo en Bay Hill

Arnold Palmer se lo habría pasado pipa

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Marc Leishman (-11) ha logrado hoy en Bay Hill la segunda victoria de su carrera en el PGA Tour. No había un momento mejor para romper con la sequía de cinco años que arrastraba. Ha vencido tras una batalla final extraordinaria que habría hecho vibrar al mismísimo Arnold Palmer.

El australiano ha resistido el brutal ataque final de Rory McIlroy (-9) y se ha impuesto en un desenlace cardíaco donde también han estado involucrados Kevin Kisner (-10) y Charley Hoffman (-10).

La última hora y media de juego en Bay Hill ha sido un maravilloso homenaje al golf. Preciosa manera de honrar la memoria del rey. McIlroy tomó el mando de las operaciones. Sacó a pasear su bombardero por el recorrido de Florida. Su driver fue descomunal. A base de bombazos (cuatro drives por encima de 360 yardas) y unos hierros modélicos fue recortando las diferencias con los líderes. «Estoy aquí y quiero pelea», venía diciendo Rory en cada golpe.

Kisner consiguió controlar la situación hasta que se le fue de las manos a falta de cuatro hoyos. Le crecieron los enanos. Hizo dos bogeys seguidos (12 y 14) y ocurrió como cuando sacas la merienda en el recreo… Se convirtió en objeto de deseo. Empezaron los ataques…

McIlroy cazó el liderato con un birdie en el 16 que debió ser eagle… pero su chip se acabó escapando en el último suspiro. Hadwin rozó el hoyo en 1 en el 17 para haberse colocado líder (su bola pegó en el mástil y se quedó asomada al hoyo). Hoffman aún se pregunta cómo no entró su maravillosa sacada de búnker en el 17 y Leishman, quizá el que menos ruido venía haciendo minutos antes, pegó el golpe de gracia en el 16 con un putt de eagle de quince metros. Ahí se colocó con -11, un resultado que ya nadie podría alcanzar. Todo el crédito del mundo a ese putt, pero no menos importantes fueron sus recuperaciones magistrales en el 15, 17 (desde el búnker) y, sobre todo en el 18. Después de fallar la salida, ejecutó un majestuoso chip rodado desde fuera de green que dejó a medio metro para par. Lección fabulosa de juego corto y putt.

 

A McIlroy se le quedó algo corto el ataque. Es cierto que iba con el agua al cuello, buscando birdies en cada esquina y así le llegó el bogey final en el 18, con tres putts desde unos cinco metros que lo dejaron sin opciones de victoria. Mereció algo más. O al menos, no mereció marcharse con ese mal sabor de boca. Aunque no haya ganado, Rory ha vuelto a ofrecer su mejor versión este fin de semana en Bay Hill. Un señor aviso a navegantes para el Match Play.

Leishman ha conseguido el triunfo y el pasaporte directo para el Masters de Augusta. Su clasificación es una noticia notable, no en vano en los últimos cuatro años ha sumado tres top 5 en grandes, uno de ellos en el Masters (4º en 2013). Además, se lleva el suéter rojo de Arnold Palmer que se ha estrenado este año como premio añadido para el ganador del torneo. Sin duda, Palmer habría estado orgulloso de su torneo. Consulta aquí los resultados en directo.