El Puerto Rico Open, torneo del PGA Tour que comparte fechas en el calendario con el Arnold Palmer Invitational y año tras año se convierte en una oportunidad de oro para jugadores poco acostumbrados a estar en la pelea por las victorias, ha vivido este viernes una interminable segunda jornada de competición. Las intensas lluvias que obligaron ayer a interrumpir el juego durante más de dos horas provocaron que más de 50 jugadores no pudieran completar su primera ronda. Así que desde antes de las siete de la mañana, hora local, la competición ya estaba en marcha en el Grand Reserve Club de Río Grande.
Uno de los afectados por el retraso fue el español Jorge Campillo (-2), que en los hoyos que le quedaban para cerrar sus primera vuelta no pudo mejorar el resultado de cuatro golpes por encima del par del campo con el que se había marchado al hotel el jueves por la noche. Una ronda de 76 golpes que le situaba a seis del corte provisional, convirtiendo casi en un ‘milagro’ el hecho de poder seguir jugando el fin de semana. Aunque lo cierto es que el extremeño, contra todo pronóstico, estuvo a punto de conseguir lo que parecía imposible…
Al llegar al ecuador de su segunda ronda, que jugó a continuación, Jorge había sido capaz de darle la vuelta a su casillero como un calcetín. Cuatro birdies, sin fallo, para ponerse al par y soñar con superar su tercera criba consecutiva en esta nueva etapa como miembro de pleno derecho del PGA Tour. Tres birdies más, entre el 10 y el 13, le dejaban su pequeña gesta prácticamente a tiro. Sólo necesitaba otro más en los cinco últimos hoyos para lograrlo. Sin embargo, todo se torció y no sólo no fue capaz de ganarle ese último golpe al campo, sino que cometió un bogey para firmar una ronda de 65, notable pero insuficiente.
Tras salir con par del hoyo 14, en el 15 no pudo hacer approach y putt desde 70 metros, primera clara oportunidad perdida. En el 16 desperdició una opción aún más clara, fallando un putt para birdie desde un par de metros. Y en el 17 fue donde todo se torció definitivamente: mandó su bola desde el tee al búnker, recuperó a la calle y su tiro a green aterrizó a cuatro metros del hoyo, un arriesgado putt para salvar el par que no embocó cometiendo el fallo que prácticamente confirmaba su adiós al torneo.
Hometown love ❤️
Puerto Rico native @RafaCamposGolf felt the support as he finished his second round with a share of the lead @PuertoRicoOpen. pic.twitter.com/HZPuKIfYBb
— PGA TOUR (@PGATOUR) March 8, 2024
Pese a todo Jorge lo intentó hasta el final. Un eagle en el par cinco del 18 le podía dar la posibilidad de seguir jugando el fin de semana. Pero su golpe desde el tee acabó de nuevo en la arena, jugó una arriesgada madera tres desde el bunker buscando ‘cazar’ el green de dos… pero lo que encontró fue el agua. Un par después de dropar que confirmó la decepción para el español, que había nadado sin parar durante todo el día para terminar ahogándose en la orilla.
Ayora, a dos hoyos de superar la criba
Quien sí parece tenerlo todo a favor para continuar en el torneo es Ángel Ayora (-5). El sanroqueño, que comenzó su vuelta en el hoyo 10, fue capaz de sobreponerse a dos bogeys en el 12 y el 14 para cerrar al par en el día sus primeros nueve con birdies al 15 y el 18, exprimiendo los pares cinco. En otro par cinco, el del 2, firmó su tercer birdie del día, y aunque cometió un error en el 4, con otro bogey más, completó su ‘pleno’ en los pares cinco con un último birdie al 5 para abrir una pequeña brecha respecto al resultado de corte (cuatro bajo par).
Birdie for the lead 💪@Matt_9977 is alone at the top @PuertoRicoOpen. pic.twitter.com/XxOGAXjBsS
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La falta de luz provocó que Ayora no pudiera jugar sus dos últimos hoyos, el par tres del 8 y el par cuatro del 9. Dos pares o incluso un par y un bogey le darán mañana la oportunidad de seguir jugando el fin de semana en este Puerto Rico Open al que llegó con una invitación. Pelear por la victoria, eso sí, se antoja prácticamente imposible por su desventaja de ocho golpes respecto al líder, el estadounidense Joe Highsmith (-13), que manda por uno de margen respecto a un grupo de seis jugadores formado por Matti Schmid, Kevin Streelman, Rafael Campos, Ryo Hisatsune, Brice Garnett y Erik Barnes.