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Ben Curtis sube la mano derecha y se pone las botas

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Ben Curtis ha conseguido algo que está al alcance de muy pocos mortales. Ha dado un giro total a su vida en dos ocasiones…

La gran mayoría ni siquiera llega a lograrlo una sola vez. Muchos porque no pueden. Otros porque no quieren.

Curtis lo consiguió en el año 2003. Inesperadamente ganó el British Open y todo cambió a su alrededor. Salía de la nada y se convertía en todo un campeón de grande. Nueve años después lo ha vuelto a hacer. Su carrera había tocado fondo hasta que ayer resurgió de sus cenizas ganando el Valero Texas Open. No tenía tarjeta del circuito americano y su temporada estaba condenada a buscarse la vida por Europa, donde sí tiene exención como ganador de major, y esperar a alguna invitación en Estados Unidos. Cuando nadie lo podía intuir, si vida ha vuelto a cambiar de manera radical.

Había jugado cuatro torneos en el PGA Tour este año y sólo había pasado un corte. En los tres últimos sólo había acumulado dos top ten. Su temporada pasada fue un desastre. Pues bien, cuando más bajo estaba, ha llegado al TPC de San Antonio, el campo más difícil del Circuito Americano después de los que se preparan para los grandes, y gana. Curtis (-9) venció con dos golpes de ventaja sobre John Huh, algo más que una promesa del golf norteamericano, y Matt Every, otro jornalero de la gloria al que al menos le queda el consuelo de saber que ya tiene la tarjeta asegurada para 2013.

Es la cuarta victoria de Ben Curtis en el PGA Tour. Podrá estar jugando mejor o peor, pero es indudable que se trata de un jugador especial que sabe ganar. Ayer sobrevivió a una última jornada de nervios y tensión. Demostró su temple en los dos últimos hoyos. El golpe del día llegó en el hoyo 17. Embocó un putt de par de unos siete metros justo después de hacer un soberana pifia con el wedge. Este tubito le permitió salir al hoyo 18 con un golpe de ventaja. Gestionó a la perfección el último paso. Birdie de libro tras volver a embocar un gran putt de tres metros.

Ahí, en el putter, ha estado el principal cambio de Ben Curtis en su juego. A principios de esta semana, decidió introducir un pequeño cambio en el grip. Subió un poco su mano derecha. Mano de santo. Subió la mano y se puso las botas, un regalo de lo más tejano con lo que el Valero Texas obsequia a los ganadores.

Curtis ha pasado de no tener tarjeta a meterse de lleno en los playoffs de la FedEX Cup. Ha pasado del puesto 280º del ránking mundial al 156º. El jugador de Ohio está acostumbrado a los movimientos en el ránking. Cuando ganó el British pasó del puesto 396º al 35º. Después ha ido entrando y saliendo de los cien primeros prácticamente cada año. Su mejor puesto fue 24º en 2008. La última vez que se salió de los cien primeros fue en agosto de 2010. Ahora vuelve a la carga.

Al fin, Curtis podrá volver a planificar su calendario. ¿Próxima cita? “La semana que viene, en Nueva Orelans”, asegura. Claro que sí. Hay que aprovechar los picos de forma.

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