La historia se repitió para Rickie Fowler (-14). Exactamente igual que hace un año, cuando partía como líder en los últimos 18 hoyos de la CJ Cup, una pobre última ronda de 70 golpes le ha impedido poner fin a los casi cuatro años que acumula sin ganar un torneo del PGA Tour. Y si en 2021 fue Rory McIlroy quien le dejó sin triunfo, en esta ocasión el encargado de ‘robarle’ la cartera en el último momento ha sido su compatriota Keegan Bradley (-15).
La victoria del golfista de Woodstock, quinta que consigue en la gira estadounidense (HP Byron Nelson Championship y PGA Championship en 2011, WGC Bridgestone Invitational en 2012 y BMW Championship en 2018), ha sido consecuencia tanto de los errores de Fowler, en especial en los últimos hoyos en los que se decidía el torneo, como de su extraordinario acierto en los greenes, con un putter ‘encendido’ prácticamente desde el principio.
Back-to-back birdies for @Keegan_Bradley gives him the outright lead at 15-under. pic.twitter.com/AtjSMRWEJr
— PGA TOUR (@PGATOUR) October 16, 2022
En el 5 embocó un putt para birdie desde más de 12 metros y en el 6, después de un sensacional tercer golpe midiendo de maravilla el retroceso de su bola, no perdonó desde poco más de dos metros para empezar a mandar. Otro tremendo putt desde más de ocho metros en el 11 empezó a decantar el torneo a su favor. Y aunque con varios errores seguidos en el 14 (tres malos golpes y un putt de dos metros fallado) y el 16 (después de un tremendo filazo en el bunker) le abrió la puerta a Rickie y Andrew Putnam (-14), ninguno fue capaz de aprovecharlo.
Un momento clave llegó en el 15, donde embocó un putt para par de más de dos metros después de salir del bunker de green. Y el golpe definitivo fue su hierrazo desde la calle en el 17, que finalizó con un sensacional putt para birdie desde poco más de dos metros leyendo perfectamente la caída de izquierda a derecha para ampliara a dos golpes su ventaja antes de salir a jugar el par cinco del 18, que también por la nula presión de sus rivales, terminó siendo un paseo triunfal.
Clutch on the 17th 🔥@Keegan_Bradley birdies to take a 2-shot lead at 15-under. pic.twitter.com/wNSv3j1uVM
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Rickie, con un muy mal approach en el 14, empezó a dar signos de flaqueza. En el 15 dejó cortísimo un putt largo y falló desde poco más de un metro cometiendo un bogey que le complicaba el torneo. Y aunque en el 16 tuvo la oportunidad de ‘rebotar’ tras un sensacional golpe desde el tee, falló otro putt de poco más de metro y medio para birdie que hizo imposible cualquier intento de poner fin a los 1.351 días que lleva sin ganar en la gira. Como mal menor, un buen birdie en 18 le permitió finalizar segundo empatado, su mejor resultado desde el Honda Classic de 2019. Brotes verdes después de unos años de serio declive.
Para Putnam, que no logra un triunfo en el PGA Tour desde hace 1.533 días, más que Rickie y que lo que acumulaba Bradley, el error llegó en el 17. Doble error, mejor dicho, con una bola al rough de la derecha desde el tee, un segundo golpe catastrófico que se fue a la izquierda, junto a la grada, también en una zona de hierba alta, y una recuperación que se quedó corta para terminar con un bogey que le descabalgaba de la pelea. Al igual que el de Murrieta, logró rehacerse en la última bandera para arañar una valiosa segunda posición compartida por delante de Emiliano Grillo (-13), que había dejado una gran ronda de 64 golpes en Casa Club.
Clutch par save for @RickieFowler 👏 pic.twitter.com/vVnoeFOV6G
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Para Keegan Bradley, emocionadísimo y con lágrimas en los ojos antes de su último putt en el 18 del Accordia Golf Narashino Country Club de Chiba, en Japón, el triunfo supone poner fin a más de cuatro años sin ganar en la gira, situarse primero de la FedEx Cup, ganarse una exención en la gira hasta 2025 y plaza en el Sentry, el The Players, el Masters y el PGA Championship, y llevarse un cheque de 1,98 millones de dólares. Aunque su gran premio, como él mismo reconoció ante las cámaras, no es otro que recuperar la oportunidad de pelear por una plaza en el equipo estadounidense de la Ryder Cup de Roma, su gran sueño.
