Chesson Hadley (-21) se ha hecho con el triunfo en el Puerto Rico Open tras entregar otra tarjeta de 67, igual que el sábado. No había otra en el Trump International de Rio Grande para estar arriba: tarjetas de cinco o seis menos diarias…
Hadley estrena así su palmarés en el PGATour y, desde luego, el panorama profesional se le amplía y enriquece de manera rotunda. Rafael Cabrera Bello (-10) también buscaba el sueño americano, pero el domingo no solo no ha podido mantener el alto ritmo de birdies que demandaba la situación, sino que además entregaba una tarjeta por encima del par que le precipitaba en la tabla.
La diferencia entre sus primeros 54 hoyos y los 18 finales ha sido notoria: tres bogeys en las tres primeras jornadas, por los cinco que firmaba en la última, y la razón hay que buscarla seguramente en el juego largo, fiable como un motor alemán hasta el domingo y después más irregular y errático.
No hay que dramatizar, pero es evidente que ha perdido una buena oportunidad, la que él mismo se había creado, de engancharse al tren americano. Otros pasarán, no queda duda. Y la acción no para, puesto que el canario ya está volando rumbo a Marruecos, donde esta semana va a jugar el Hassan II.
