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Cantlay sale al fin de la espesura

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Patrick Cantlay posa con el trofeo de ganador del Shriners Hospitals for Children Open. © Twitter PGA Tour
Patrick Cantlay posa con el trofeo de ganador del Shriners Hospitals for Children Open. © Twitter PGA Tour

Patrick Cantlay logró este domingo en Las Vegas la primera victoria de su carrera. El golfista formado en la Universidad de UCLA se impuso en el Shriners Hospitals for Children Open tras derrotar en el segundo hoyo de un duro desempate a Alex Cejka y Whee Kim. Día de perros en el TPC Summerlin. Condiciones difíciles por el viento y batalla de supervivencia. Cantlay ganó con par… tras irse a los árboles y con una espléndida recuperación desde el antegreen, muy lejos de la bandera.

Existe la tentación de calificar el triunfo de Cantlay con el tópico de la crónica de una victoria anunciada, ya que hablamos de un golfista que fue el mejor Número 1 del mundo amateur de la historia hasta que llegó Jon Rahm (Cantlay estuvo 55 semanas en el primer escalón en 2011 y luego fue superado por Rahm con 60 semanas) y apuntaba a estrella desde que salió de UCLA. Se pasó muy joven a profesional (tiene sólo 25 años) y pronto empezó a cosechar buenos resultados en el PGA Tour. Sin embargo, la realidad es que su victoria no ha caído por su propio peso, sino que tiene un mérito extraordinario y responde a una capacidad de superación y sacrificio brutal.

Y es que Cantlay, desde 2013, prácticamente desde que arranca su carrera en el PGA Tour, está arrastrando unos terribles problemas de espalda que apenas le permiten entrenar y jugar. De hecho, entre 2014 y 2016 apenas pudo jugar cinco torneos. En la temporada 2014/15 sólo jugó uno y la siguiente se la pasó en blanco. Terrorífico, sobre todo si tenemos en cuenta su insultante juventud.

La espalda no ha llegado a sanar, pero al menos Cantlay ha encontrado el equilibrio para poder entrenar lo necesario, preparar los torneos y hacerse más o menos un calendario. Su espíritu es vitalista y positivo. De hecho, no maldice sus problemas de espaldas. “Creo que precisamente gracias a ellos he conseguido preparar mejor los torneos”, asegura. Nadie puede dudar esto.

El año pasado se metió en la Final de la FedEx Cup jugando únicamente doce torneos, entre ellos los tres primeros playoffs de la FedEx Cup. Es un prodigio de consistencia, ya que en sólo nueve torneos y sin conseguir una victoria se metió en la FedEx. La clave, insiste, no es otra: “tengo tiempo para preparar muy bien los torneos”, afirma.

Cantlay ganó en Las Vegas en el segundo hoyo de playoff tras fallar la salida a los árboles, de ahí se voló el green y acabó en el antegreen, lejos de la bandera, y desde esa situación sacó una recuperación extraordinaria, dos putts… y casi pudo ser uno solo. Sin duda, una capacidad de sufrimiento y una rudeza forjada en todos estos años de pelea constante contra sus problemas físicos. Era una victoria que se veía venir, pero no tanto por su enorme talento, que también, como por esa capacidad para transformarse en otro jugador cuando vinieron las curvas. No falla un corte desde agosto de 2014. Afronta cada torneo como una bendición. Cantlay sale al fin de la espesura.

Resultados finales del Shriners Hospitals