Inicio Grandes Circuitos PGA Tour El corte en el Arnold Palmer Invitational: tradición, excepción y polémica
La regla del corte en el Arnold Palmer incluye al top 50 y todos aquellos que estén a diez o menos golpes del liderato

El corte en el Arnold Palmer Invitational: tradición, excepción y polémica

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Arnold Palmer.
Arnold Palmer.

El Arnold Palmer Invitational, que se disputa esta semana del 6 al 9 de marzo de 2025 en el Bay Hill Club & Lodge de Orlando, es mucho más que un torneo emblemático del PGA Tour. Con una bolsa de premios de 20 millones de dólares y un field reducido de 72 jugadores en 2025, este evento designado conserva una particularidad que lo distingue dentro del exclusivo grupo de los «Signature Events»: mantiene un corte tras 36 hoyos. Pero, ¿qué significa esta regla en el contexto del PGA Tour moderno, y por qué genera debate entre jugadores, aficionados y analistas?

La regla de corte en Bay Hill: una excepción entre los designados

Desde la reestructuración del PGA Tour en 2024, los torneos designados —ocho eventos de élite que incluyen a los mejores jugadores del mundo— han adoptado formatos distintos a los tradicionales torneos de field completo. Cinco de estos eventos (Sentry, AT&T Pebble Beach Pro-Am, RBC Heritage, Wells Fargo y Travelers) eliminaron el corte, garantizando que todos los participantes jueguen los 72 hoyos y reciban una parte de las jugosas bolsas de premios. Sin embargo, el Arnold Palmer Invitational, junto con el Genesis Invitational y el Memorial Tournament, conserva el corte.

En Bay Hill, tras las dos primeras rondas, pasan al fin de semana el top 50 y empatados, más aquellos jugadores que estén a 10 golpes o menos del líder. Este formato, aprobado en 2023 como parte de la evolución de los Invitationals organizados por leyendas del golf (Palmer, Nicklaus y Woods), busca un equilibrio entre competitividad y tradición. Comparado con los torneos de field completo del PGA Tour, donde el corte suele ser para los 65 mejores y empatados sin el margen de los 10 golpes, el Arnold Palmer ofrece una ventana más amplia para mantenerse en liza, pero sigue siendo más exigente que los eventos sin corte.

Diferencias con otros torneos designados

La principal diferencia radica en la filosofía. Los eventos sin corte, como el Sentry o el RBC Heritage, priorizan el espectáculo y la presencia continua de las estrellas, alineándose en cierto modo con el modelo de LIV Golf, que ha influido en las reformas del PGA Tour. En estos torneos, el field reducido (entre 70 y 80 jugadores) asegura que todos compitan hasta el final, maximizando la exposición de los grandes nombres y el retorno económico para patrocinadores y jugadores. En contraste, el Arnold Palmer Invitational, el Genesis y el Memorial apuestan por un enfoque más competitivo, donde el corte añade presión y recompensa el buen juego en las dos primeras rondas.

Esta distinción no es menor. En 2024, el Arnold Palmer tuvo un field de sólo 69 jugadores, frente a los 120 o más de torneos como el Sentry. Mantener el corte en un grupo tan selecto subraya la intención de honrar la herencia de Arnold Palmer, un golfista que valoraba la meritocracia y la lucha en el campo. Sin embargo, también plantea preguntas: ¿es necesario un corte con tan pocos participantes? ¿No sería más atractivo ver a todas las estrellas el fin de semana?

La polémica del corte: ¿tradición o lastre?

El debate sobre los cortes en el golf no es nuevo, pero se ha intensificado con la llegada de LIV Golf y las reformas del PGA Tour. Voces como la de Rory McIlroy, han apoyado los formatos sin corte, argumentando que enfrentar a «los mejores contra los mejores» durante cuatro rondas crea un producto más atractivo para los aficionados. «Si juegas bien unas semanas, te ganas un sitio en estos eventos. No hay que esperar un año entero», dijo McIlroy en 2023, antes del Arnold Palmer Invitational.

Por otro lado, jugadores como Xander Schauffele han expresado su apego emocional al corte: «Siempre estoy a favor de un corte. Hay un aspecto entretenido en esa presión». Esta postura se alinea con quienes ven en el corte una prueba de fuego, un filtro que separa a los contendientes reales de los que solo cumplen el expediente. En Bay Hill, por ejemplo, el corte de 2024 dejó fuera a nombres notables, lo que generó críticas por la ausencia de estrellas en el fin de semana, pero también alabanzas por premiar el rendimiento bajo presión.

La influencia de LIV Golf, con sus 54 hoyos sin corte y fields reducidos, ha avivado la controversia. Críticos del PGA Tour, como Phil Mickelson, han ironizado sobre cómo el circuito tradicional ha «copiado» elementos de la liga saudí para mantenerse competitivo. Sin embargo, el Arnold Palmer Invitational demuestra que el PGA Tour no ha abandonado del todo su ADN: el corte sigue siendo un símbolo de su identidad, incluso en un torneo de élite.

Reflexión final: ¿hacia dónde va el golf?

El Arnold Palmer Invitational encarna una tensión fascinante en el golf actual: la lucha entre tradición y modernización. Mantener el corte en un evento de este calibre es un guiño a la historia y a la esencia competitiva del deporte, pero también expone las limitaciones de un formato que puede sacrificar espectáculo por rigor. En un mundo donde la atención del espectador es el bien más preciado, ¿vale la pena arriesgarse a perder a una estrella en la mitad del torneo? ¿O es precisamente esa incertidumbre lo que hace del golf un deporte único?

A medida que el PGA Tour evoluciona, el caso del Arnold Palmer sugiere que no hay una respuesta única. Quizás la solución esté en la diversidad: eventos con y sin corte coexistiendo, cada uno ofreciendo una experiencia distinta. Por ahora, en Bay Hill, el legado de Palmer sigue vivo, recordándonos que el golf, en su esencia, es una prueba de resistencia y talento, con o sin corte.

*Artículo elaborado con la asistencia de inteligencia artificial