Inicio Grandes Circuitos PGA Tour Rahm: un putt y un rugido para la posteridad
Crónica de la victoria de Jon Rahm en el BMW Championship

Rahm: un putt y un rugido para la posteridad

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Jon Rahm posa con el trofeo de ganador del BMW Championship. © PGA Tour
Jon Rahm posa con el trofeo de ganador del BMW Championship. © PGA Tour

Dustin Johnson emboca un putt diabólico de trece metros en el hoyo 72, con pronunciada pendiente cuesta abajo a mitad de recorrido y doble caída, obligando con este birdie a Jon Rahm a salir a un desempate inesperado. Unos minutos después, en el mismo green, Rahm emboca un putt aún más endemoniado de casi veinte metros y liquida el BMW Championship con este otro birdie en el primer hoyo de playoff, ante el estupor de su encarnizado rival, a quien no le queda otro remedio que esbozar una sonrisa perpleja, helada.

Así vivimos en directo la épica victoria de Jon Rahm en el BMW Championship

(Fundido a negro. Y de fondo, in crescendo, suena el fragmento ‘O Fortuna’ de la cantata Carmina Burana, de Carl Orff. Haga usted el favor, estimado lector, de buscarla en su dispositivo más cercano. O si no, mucho más fácil: pinche aquí).

Declaraciones | Jon pone el 2-1 en el marcador contra Dustin Johnson

Volveremos a ver la secuencia el año que viene repetida hasta la saciedad, aunque nunca llegue a saciar. Y en 2022, más de lo mismo. Y en 2023, 2024, 2025… También en el año 2037 nos hartaremos de verla, de igual modo que no hemos dejado de deleitarnos esta semana con aquella madera sideral de Tiger en el 15 de Olympia Fields, allá por 2003, hace diecisiete años. Probablemente las imágenes no aparecerán tan desvaídas como las del Tigre, que para eso la tecnología avanza y afina que es un primor, pero hubiera importado poco, seguiríamos emocionándonos igual con la explosiva celebración de Jon, el rugido del León de Barrika. Y, en fin, con el significado de su victoria, que al fin y al cabo es la primera del golf español en unos playoffs de la Fedex Cup.

La lección de golf que a Jon Rahm le gustaría dejar con esta victoria

De nuevo, Jon Rahm coqueteando con la posteridad. O conquistándola, para ser más precisos. Y ante semejante final, más propio de un espectáculo de David Copperfield, corremos el riesgo de olvidarnos de lo más importante: para llegar al clímax, antes había tenido Jon que firmar la mejor tarjeta del torneo, un 64 deslumbrante en el recorrido Norte del Olympia Fields, que a su vez completaba un parcial disparatado de diez menos durante el fin de semana. Es verdad que el recorrido de Illinois había abierto un poquito la mano el sábado, y otro poco más el domingo (hasta 33 tarjetas por debajo del par en la ronda final), probablemente gracias a unos generosos manguerazos en los greenes, pero de todas maneras el escenario seguía siendo temible y penalizador. Un pequeño desajuste, un despiste en la estrategia, cada nimio error, podía costar muy caro. Así que tocaba rozar la perfección…

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Hasta 17 greenes en regulación ha cazado el español. Y este domingo, además, andaba con el putter en fusión nuclear, embocando incluso desde fuera de green para salvar un par antológico en el hoyo 5, muy importante, puesto que de ese modo mantenía vivo y caliente un comienzo prometedor con dos birdies en los hoyos 1 y 4. Y además porque Dustin Johnson había respondido con tres birdies en el mismo tramo…

La histórica última ronda de Jon Rahm en el BMW Championship, al detalle

Después de salvar ese escollo, Jon ya no iba a dejar de patear para birdie en todos y cada uno de los trece hoyos que tenía por delante. Más cerca, más lejos, pero siempre en busca del birdie, manejándose desde el tee con soltura (y enorme precisión) y manteniendo siempre el control de la vuelta con los segundos tiros, evitando los errores y atacando puntualmente con agresividad las banderas cuando realmente podía hacerse. Todo un modelo de madurez competitiva, vaya.

Los súper números que deja la victoria de Jon Rahm en Olympia Fields

En el tramo final aprovechaba un guiño del azar, que le había devuelto la bola cuando se iba fuera de límites en la salida del 15, para pegar a continuación el hierro del día, un misil desde doscientos metros en línea a bandera, y birlar así un valioso birdie, al que seguía otro más en el 16 tras embocar un purazo de casi nueve metros.

VÍDEO | Rahm sella su recital en Olympia Fields con un misil tierra-aire

Joaquín Niemann (-2) se había puesto por momentos mirando al triunfo, pero el infortunio se cebaba con él en el 14, puesto que su bola iba a parar a una chuleta, circunstancia que bien pudo afectar a ese segundo disparo, con un hierro medio-largo en las manos… En fin, también conviene recordar que, acto seguido, el azar asimismo sacaba su bola a calle en el 15, cuando se iba por el mismo lugar que la de Jon, y sin embargo él no acertaba a aprovechar al ciento por ciento la carambola. Hideki Matsuyama (-2), mientras tanto, seguía a lo suyo: el japonés sólo cogía siete calles en la ronda final y terminaba con un registro total apoteósico en las recuperaciones alrededor de green (25/35), más de un setenta por ciento convertidas, ni más ni menos, durante las cuatro vueltas. Iba y venía el nipón, pero realmente nunca terminaba de parecer una amenaza seria.

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Johnson se había enfriado después de aquel arranque arrebatador, pero como quiera que es tan bueno, tiene tanta calidad y recursos, aún le iba a llegar para atrapar a Jon con un birdie de manual en el 15, pateando para eagle, y el desparrame final en el 18. Ahí quedaban, solos, el Número Uno y el número 2 del mundo, frente a frente, una estampa que por otro lado era el fiel reflejo de una semana tan dura. ¿Quiénes, sino los dos mejores jugadores del mundo, podían y debían jugarse el triunfo en el escenario más complejo de cuantos se han visto en el Siglo XXI en el calendario regular del PGA Tour? El BMW Championship se iba decidir en una final express entre Nadal y Federer, a muerte súbita…

Y la iba a ganar Nadal. O Jon Rahm, que viene a ser lo mismo.

Así se reparte la bolsa de premios del BMW Championship conquistado por Rahm

En 2037 volveremos a ver repetida la secuencia hasta la saciedad. Los dos putts. Primero el de Dustin. Luego el de Jon. Y aquella otra, la del error del español el sábado a la hora de (no) marcar la bola, habrá quedado reducida a lo que afortunadamente ha terminado siendo, una entrañable anécdota, una minucia que se perderá en la tupida maraña de lo intrascendente.

Resultados finales del BMW Championship