Sergio García (-12) sigue haciendo los deberes en tiempo y hora: ronda de 67 golpes en la segunda jornada del BMW Championship que lo mantiene en la parte alta de la tabla, a cuatro golpes del líder, Bryson Dechambeau (-16), que hoy iba a su aire y en otra dimensión. Y no son unos deberes menores los que tiene por delante el español. A ojo de buen cubero, porque es imposible hacer las cuentas exactas, seguramente necesite terminar entre los cuatro o cinco primeros para alcanzar el listón de los treintas primeros de la Fedex Cup y ganarse así una plaza en el último y definitivo playoff.
¿Cuántas veces hemos visto al castellonense, sobre todo en los últimos tiempos, con el gesto ligeramente torcido después de firmar una tarjeta y haberse dejado por el camino unas cuantas opciones de birdie, de esas que llamamos razonables? Hoy también le ha ocurrido, pero duele mucho menos, por no decir nada, si has conseguido enchufar dos purazos desde unos diez metros de distancia, que es exactamente lo que hacía Sergio en los hoyos 1 y 15. Vaya lo uno por lo otro, que al fin y al cabo no pueden entrar todos. Además, y esta parte del relato de los acontecimientos es crucial, el de Borriol sacaba adelante algunas recuperaciones que valen su peso en oro, desde esas distancias delicadas en torno a los dos metros, que tantísimo daño le han hecho en otras ocasiones, cuando la bolita se negaba a entrar. El caso es que Sergio encadena ya 36 hoyos sin bogeys y la última vez que arrancó un torneo de esta manera, terminó ganándolo (Byron Nelson 2016)…
Queda, por supuesto, lo más complicado, como es mantenerse ahí arriba hasta los últimos hoyos del domingo, pero de momento Sergio está confirmando esta semana lo que en el fondo sabemos todos: normalmente no encuentra demasiados problemas en aparecer entre los primeros cuando su putter se muestra fino y oportuno, porque su juego de tee a green lleva más de veinte años respondiendo a un nivel extraterrestre.
Es más, para ganar torneos muchas veces no le ha hecho falta siquiera ser de los mejores en los greenes. Pongamos por caso su último triunfo, el que conseguía hace diez meses en el Sanderson Farms. Allí, Sergio terminaba en el puesto 35º en la estadística de golpes ganados a la media en los greenes… Esta semana, en el momento de entregar su tarjeta, marchaba cuarto en esta estadística, así que se puede concluir que el asunto marcha mejor que bien para el español.
Le espera a Sergio un fin de semana apasionante en el que podría matar dos pájaros de un tiro: una plaza asegurada en el equipo europeo de la Ryder y también en el Tour Championhip, la fiesta final del PGA Tour a la que no asiste desde el año 2017. Va siendo hora de volver.
