Matthew Fitzpatrick (PAR) embocó un putt de 30 centímetros para par en su último hoyo del día y lo celebró como si hubiera ganado el Masters de Augusta. El inglés, en realidad, había firmado una vuelta de 71 golpes en la primera jornada del Butterfield Bermuda Championship, un acontecimiento a todas luces menor a la conquista de la Chaqueta Verde, pero las circunstancias de juego el jueves por la mañana en Bermuda fueron tan demenciales que aquello le supo a gloria.
El viento convirtió el primer turno de juego en un verdadero suplicio, con rachas que superaron los 60 kilómetros por hora acompañadas de intensos chaparrones que provocaron pequeñas suspensiones puntuales. La jornada, una de las más desiguales que se recuerdan en el PGA Tour entre los que jugaron temprano y tarde, no se pudo completar. Apenas seis golfistas terminaron bajo par de entre los que salieron antes del mediodía frente a los 27 del otro turno. La noche y el día.
Un golpe de 150 metros con el hierro 4 que se queda corto y drives de 220 metros…
En el hoyo 13, par 3 de poco más de 150 metros, hubo jugadores que pegaron el hierro 4 y se quedaron cortos, caso de Nick Watney (-1), uno de los héroes de la mañana que logró ganar al campo. Había entre tres y cuatro palos de diferencia con el viento a favor o en contra. El mismo Fitzpatrick registró tras su vuelta que había pegado un drive de poco más de 220 metros… yendo con todo. A la vista de las condiciones meteorológicas que se advertían en el radar, el PGA Tour puso las condiciones más fáciles posibles: banderas colocadas en el centro, greenes blandos y receptivos y a una velocidad de no más de 9,5 en el stimpmeter.
Brandon Hagy y Chad Ramey, primeros líderes en Bermuda
Obviamente, esta preparación del campo ayudó a que unos cuantos de la mañana jugaran bajo par, pero al mismo tiempo provocó que se dispararan los resultados por la tarde en cuanto aminoró la intensidad del viento. Muy desigual. Los líderes son Brandon Hagy (-6) y Chad Ramey (-6), mientras que los mejores resultados de la tarde fueron para Justin Siggs (-3) y el joven Austin Eckroat (-3).
«Jamás en mi vida he jugado al golf en peores condiciones de viento. Había momentos en los que incluso costaba andar. En los approach alrededor de green, con el viento en contra, era como si golpearas contra un muro. Tenía un putt de un pie en el último hoyo, cuesta abajo y con el viento a favor y prometo que no sabía cómo tirarlo…», señaló Fitzpatrick, ganador hace dos semanas del Estrella Damm Andalucía Masters. En este sentido, al menos, venía bien entrenado en cuanto a sufrir y apretar los dientes en un campo de golf.
