Inicio Grandes Circuitos PGA Tour ¿De qué planeta viniste, Pato?

¿De qué planeta viniste, Pato?

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Ángel Cabrera certifica su victoria en el The Greenbrier embocando un tiro prodigioso desde 160 metros en el hoyo más difícil del campo

Ángel Cabrera (-16) ha conquistado su primera victoria ‘normal’ en el PGA Tour. Y por normal entiendan el triunfo en un torneo regular. Porque realmente eso es lo único que tuvo de normal su conquista.

El ‘Pato’ Cabrera es un golfista diferente, de los que cada vez van quedando menos. Un jugador que dialoga con su caddie en la calle del hoyo 13, el más difícil del The Old White TPC de West Virginia. Está entre palos y el argentino le acaba diciendo: “me gusta más el hierro 8, dame”. Acto seguido le pega desde 160 metros y la emboca. Ahí certificó su victoria en el The Greenbrier Classic. Salió a dos golpes del líder y en ese momento se colocó con tres de ventaja, siete menos en el día. Así es Cabrera, un genio capaz de hacer eagle desde la calle en uno de los huesos de la temporada en el PGA Tour.

Aún le daría emoción al desenlace final, porque así son los genios. Encadenó dos bogeys en el 14 y en el 15, pero se recompuso a tiempo para acabar sin grandes sufrimientos. Salvó un par sencillo en el 16, hizo un birdie fácil, pateando para eagle en el 17 y cerró con otro par rutinario en el hoyo 18 para 64 golpes. Triunfo sin paliativos. Dos 64 sábado y domingo. A dos golpes acabó George McNeill y a seis Webb Simpson. Distancia sideral.

Cabrera es un golfista diferente hasta para las etiquetas. Si lo normal es colgarle a los jugadores el doloroso sambenito de mejor jugador del mundo sin grandes, al argentino le había colgado la contraria, mucho menos dolorosa, claro: un jugador que sólo había ganado grandes (US Open y Masters) en el PGA Tour. Adiós a la etiqueta a golpe de hierro 8.

Mientras, el español Gonzalo Fernández-Castaño (PAR) acabó con una vuelta de 71 golpes, con dos bogeys, tres birdies y un doble bogey. Finalizó en el puesto 64º, bastante más abajo de lo que mereció su golf. Los resultados siguen sin acompañarle, pero cada día su juego anda más fino. Es cuestión de romper la dinámica. ¿Esta semana en el John Deere? Por qué no…

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