Tiger Woods tiene muy clara cuál es la prioridad de su vida en estos momentos y no es precisamente su estado físico o su carrera a corto, medio o largo plazo. Sí, obviamente, quiere volver a competir al máximo nivel y pelear por las victorias, incluso en Grandes, va a trabajar para ello y nadie le va a quitar esa ilusión/motivación, pero esto ahora mismo es secundario. Si fuera lo más importante, no lo duden, Tiger no estará jugando esta semana el PNC Championship.
«Mi pierna estaba rota el año pasado, pero ahora está sana. El problema es la fascitis plantar. Una lesión de este tipo requiere descanso y yo no se lo he dado últimamente. Sé que la lesión puede ir a más jugando esta semana, pero no me importa. Quiero hacer esto con Charlie por encima de cualquier otra cosa. Tener esta experiencia es mucho más importante que lo que le pase a mi pie. Para mí lo más importante es la familia. Así ha sido mi educación. He tenido mucha frustración porque la mayor parte de su infancia he estado lesionado y no he sido capaz de asistir a sus partidos de fútbol, jugar en el patio, practicar con Charlie o correr con Sam. No era capaz de hacer nada de eso porque la mayor parte de su infancia mi espalda estaba mal.», explicó Tiger a los periodistas poco después de acabar el Pro Am en el Ritz Carlton. Tiger y Charlie han compartido partido con Annika Sorenstam y su hijo Will McGee.
Woods no quiso adelantar su calendario de 2023, precisamente por la fascitis plantar. «Necesito descansar y lo voy a hacer después de este torneo. Cualquier momento que puedo pasar con mi hijo es especial. El año pasado fue mágico y estoy deseando empezar mañana. Y encima, hacerlo con Thomas, será divertido. Puedo practicar, pero no puedo andar. Si no tuviera esta lesión podría tener una idea mejor de cuál podría ser mi calendario el año que viene, pero ahora no lo sé», ha asegurado dando entrever que su idea, al menos antes de la fascitis plantar, era ya jugar algún torneo más que los cuatro Grandes. Una buena noticia.
Respecto a Charlie, Tiger destacó la gran evolución que ha tenido en un aspecto muy concreto de su juego. «Le he estado enseñando a arreglar los problemas sobre la marcha, según van viniendo. En este aspecto ha hecho muchos progresos últimamente, por ejemplo a entender por el vuelo de la bola qué está pasando», ha comentado. Y bromeó: «no hay ningún problema si esta semana soy la segunda persona más importante aquí. Lo importante es que el público venga, se lo pase bien y disfrute con todas estas leyendas del golf».
En este sentido, respecto a su hijo, ha desvelado que en las últimas semanas ha estado más tiempo en el simulador que en el campo de golf, ya que ha tenido que preparar los exámenes parciales. Lo que sí ha dejado claro es que mañana estará listo para competir y jugar bien. Hoy se le ha visto mostrando cierto dolor en el tobillo después de pegar algunos golpes. La razón, según Notah Begay III, buen amigo de la familia, ha sido una inoportuna torcedura. Sea como fuere, el padre no pone excusas y bromea. «Estaremos listos para la batalla. Su tobillo está mejor que el mío».
También habló de lo que un padre debe ser cuando su hijo desea o está en el camino de convertirse en deportista: «creo que el padre debe ser apoyo y alentador. He tenido la suerte de que a mi padre le gustaba el golf y entendía de deportes. Practicaba deportes. Entendía el lenguaje y la ética de trabajo de lo que se necesita para hacer deporte a un alto nivel. Y luego, como padre, siempre quieres ser el protector y guía de ellos y enseñarles habilidades que necesitarán en la vida cuando tú no estés. Y eso es lo más importante de ser padre».
Woods explicó la terapia que sigue haciendo para su pierna más allá de la fascitis plantar. No ha cambiado mucho. «Hago de todo. Es frustrante porque todos y cada uno de los días tengo que hacerlo, y luego encima tengo que intentar dormir con la maldita bota, no es divertido. A veces me sangra la pierna izquierda porque la bota me la golpea. Es molesto. Es una de esas cosas que, oye, estoy agradecido de tener este miembro y es mío. No es un miembro falso. Es mío. Y, sí, hay algunos problemas con él, pero todavía lo tengo», ha afirmado.
Respecto a la situación que está viviendo el golf mundial, en relación a LIV Golf y el PGA Tour, Tiger envió un mensaje conciliador. «El golf necesita mirarse a sí mismo de una manera global y averiguar qué podemos hacer para ser mejores», ha sentenciado.
