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Demonios contra monstruos

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Tenía que ser en Pebble Beach. Cómo no. No hay un escenario mejor para ver de nuevo al Tiger poderoso. Este campo que en muchas ocasiones ha sido como el jardín de su casa asistió ayer a su remontada en el AT&T Pebble Beach National Pro-Am. Woods firmó la mejor tarjeta del día de largo en el recorrido californiano y se ha colocado en tercera posición, a cuatro golpes del líder, Charlie Wi. La última jornada será una fantástica lucha de fieras contra demonios…

A sus 40 años, Charlie Wi es un clásico del PGA Tour. Es un jugador sólido, fiable como pocos. Es un asiduo de las zonas altas de la clasificación. Sin embargo, nunca ha conseguido ganar. Es una cruz que lleva sobre sus hombros y que hoy domingo volverá a pesar más que nunca. “Seguro que voy a estar luchando contra mis demonios durante todo el día”, afirmaba ayer el coreano.

Asegura que es un jugador nuevo. Que ha conseguido creérselo, que tiene confianza para aburrir y que está convencido de que ha llegado el momento de estrenar el palmarés en Estados Unidos. Su liderato es más que sólido. Tres excelentes vueltas en Monterey, récord incluido, Pebble Beach y Spyglass, lo han colocado con un total de -15. Poderoso.

El problema no es tanto Wi como lo que tiene por detrás. Ken Duke se encuentra a tres golpes y, a partir de ahí, llegan las fieras, los monstruos de Pebble Beach. En tercera posición está Tiger Woods (-11), dueño y señor de este maravilloso campo, que ayer ya demostró de lo que es capaz en unas condiciones que no fueron precisamente fáciles. Hizo frío y estuvo lloviendo una buena parte de la vuelta. Sus 67 golpes, con cinco birdies en siete hoyos incluidos, fue lo mejor del día. Nadie fue capaz, ni siquiera, de acercarse al que fuera Número 1. El siguiente registro fue 69. Hoy todos vuelven a jugar Pebble Beach.

Una vez más, muchas luces. Su swing es cada vez más consistente. Consigue minimizar los errores. Como antaño, los fallos ahora son pares o como mucho bogeys. Ha conseguido eliminar los descalabros que en los dos últimos años han estado a la orden del día. ¿La clave? Lo explica Tiger: “Entiendo perfectamente mi nuevo swing y lo que busca Foley. Mi bola es mucho más recta, no se curva, por lo que cuando no sale el tiro perfecto el error no es demasiado grave. Cuando fallo, no fallo por tanto”, asegura Woods.

También hay alguna sombra aún en el juego de Tiger. Su juego no parece el mismo cuando está arriba. Aún tiene momentos de bloqueo. Ayer, por ejemplo, cuando estaba jugando mejor y lanzado a la caza de Wi se frenó en seco. Y fue además en la parte más asequible de Pebble Beach, los primeros nueve hoyos.

Pero Tiger no es el único monstruo que hoy domingo acechará a Wi. En cuarta posición, empatados con -9, están entre otros Phil Mickelson, ganador aquí en tres ocasiones, y Dustin Johnson, que venció en este mismo torneo en 2009 y 2010. Mickelson jugó por fin de forma consistente con mal tiempo. La explicación está en unos guantes de Callaway. “Los chicos han hecho un gran trabajo. Mi gran problema cuando llovía es que no conseguía asegurar el grip y de forma casi inconsciente hacía más fuerza con las manos para que el palo no se resbalara. Con estos guantes nuevos no me pasa. Pueden estar mojados, el grip del palo también, pero no se me mueve. Puedo hacer el swing con la misma libertad que cuando está seco”, asegura. Mickelson hizo ayer 70 golpes y está con -9. El de San Diego trata de remontar un mal inicio de temporada. Tres torneos y ningún top 25.

La última ronda del AT&T Pebble Beach National Pro-Am se presenta apasionante. Hacía mucho tiempo que no se daba algo parecido. Mickelson y Tiger Woods jugando juntos en el penúltimo partido a la caza de la victoria. Wi mirará por el retrovisor y verá un ejército de 110 caballos. Los triunfos que Tiger y Mickelson suman en el PGA Tour.

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