Es la condición de los jugadores fuera de serie. Hacen una mala vuelta, pierden el paso, caen a la lona y empieza la cuenta…
Cuando todo apunta a un irremediable fuera de combate, se levantan y son capaces de cambiar el signo de la pelea. Eso es lo que ha hecho Luke Donald en la segunda vuelta del Zurich Classic. La ronda del jueves lo dejó más fuera que dentro del corte. Ayer se marcó un fabuloso 65, la segunda mejor vuelta del día, y se ha metido de lleno no sólo en la lucha por la victoria en Nueva Orleans, sino en la recuperación del Número 1 del mundo.
El inglés necesita ser séptimo en solitario o mejor para desbancar sólo dos semanas después a Rory McIlroy. Él se lo guisa y él se lo come. Perdió el trono por un mal torneo en Hilton Head y ahora puede recuperarlo con un buen fin de semana en el TPC de Louisiana. Y mientras Rory tan tranquilo… En estos momentos, Donald está a cuatro golpes del séptimo puesto y a seis de Jason Dufner (-12), que una vez más esta temporada encabeza un torneo del PGA Tour después de 36 hoyos. Algún día, este certero jugador de hierros estadounidense terminará cuadrando la semana y levantando un trofeo que empieza a ser más que merecido.
Donald realizó una vuelta magnífica. ‘Made in Luke’. Libre de bogeys y catapultado por un eagle desde la calle en el 1, su décimo hoyo. Embocó desde casi 135 metros. Nada que ver con ese primer día errático en el que mandó dos bolas al agua.
Aún tiene camino por recorrer para llegar al objetvo, pero la reacción ya está en marcha. A un golpe de Dufner están el escocés Rusell Knox, Ken Duke y John Rollins. A dos impactos aparecen las figuras imponentes de Ernie Els y Steve Stricker. Destaca igualmente el octavo puesto de Camilo Villegas a tres golpes. El colombiano necesita remontar el vuelo para mantener la tarjeta tras un arranque de temporada aciago. Está en el camino…
