Basta un solo dato para descubrir hasta qué punto la presencia de Tiger Woods beneficia al circuito: el pasado sábado, durante la disputa de la tercera ronda del PGA Championship, las audiencias de televisión de la CBS, canal que retransmitía el evento en Estados Unidos, aumentaron un 54% respecto a la tercera ronda del mismo torneo en su edición del pasado año, disputada en Quail Hollow.
Tiger sigue siendo un filón. Y si, como ocurrió este pasado fin de semana está metido de lleno en la pelea por las victorias hasta el final, los beneficios que genera son incalculables. Bastaba con echar un vistazo al aspecto del Bellerive Country Club durante la ronda final del torneo, con miles y miles de aficionados siguiendo su partido. Pero la televisión también deja datos que explican el efecto Tiger.
La ronda del sábado en el PGA Championship fue la más vista desde el año 2009 en el que, curiosamente, Tiger también estaba en la pelea en Hazeltine. Algo similar a lo que ocurrió hace algunas semanas en el Open Championship, con Tiger en la zona alta de la clasificación, y que fue el más visto desde el año 2000.
Este domingo, la retransmisión de la última ronda del PGA Championship en Estados Unidos frenó en seco el ascenso que en las últimas semanas estaba teniendo el concurso Celebrity Family Feud, de la ABC. Cayó a la segunda posición pese a retrasar una hora su emisión, cambiando de franja, para evitar coincidir con el desenlace del torneo.
Esta última ronda del PGA Championship, con Tiger peleando con Brooks Koepka por la victoria, fue lo más visto en su tramo horario (1,3 puntos y 8.760.000 telespectadores) en las cuatro grandes cadenas de televisión estadounidenses (CBS, ABC, NBC y Fox). Un ejemplo más de lo beneficioso a nivel de imagen, marketing y audiencias para el circuito que supone el regreso de Tiger Woods.
