Sergio García ha terminado la primera vuelta en el Greenbrier Classic, que se disputa en el Old White Course, en West Virginia, con un resultado de 68 golpes (-2). Fue una ronda luchada, trabajada, peleada, una demostración en 18 hoyos de que el cambio de actitud anunciado durante el British Open no fue una simple declaración de intenciones sin fundamento. El español no tira la toalla y tiene ganas de enseñar los dientes. Le falta consistencia, pero está pegando tiros buenísimos y se está agarrando al campo. Un buen ejemplo fue su hoyo 16…
Sergio llegaba a este hoyo con un resultado de -2 y un par 5 por delante. Es decir, en la cabeza uno puede pensar que un birdie aquí y otro allá (o sólo uno) te puede colocar muy cerca de la cabeza. Por entonces, Erik Crompton y Matt Every ya había dejado el liderato en -7 y el top ten estaba en -5. Es decir, acabar con -3 era una buena manera de colocarse para empezar.
El de Borriol mandaba su drive de salida al agua y tenía que repetir desde el tee. Es un par 4, por lo que la situación olía indudablemente a doble bogey, sino algo peor. Este tiro llega además después de un día de mucho vaivén, trabajado, de ocasiones de birdie claras que se escapan, de un bogey en el 1 nada más empezar tras mandar muy a la izquierda el tiro de salida, de dos bogeys por tripateos, de otros muy buenos birdies, algún puro de ocho metros y muchos tiros buenos a uno, dos y tres metros de bandera. Es decir, tienes la sensación de ir remando todo el día y de estar sacando además un buen resultado. Pero la bola del 16 está en el agua.
Con una mala actitud, este golpe podría haber salido muy caro. Incluso, por qué no, semanas atrás no habría sido descabellado ver terminar la vuelta a Sergio bajo par. Pero no. Ayer volvió a remangarse. Quiere dar guerra. Con la segunda bola hizo birdie en el 16. Es decir, pegó una gran salida al centro de la calle y lo siguiente fue un tirazo a un metro de bandera. Salía con bogey y minimizaba los daños.
Tras este refuerzo se colocaba en el tee del 17, un par 5. Buena salida y alcanza el green de dos. Hace un birdie muy tranquilo tras un primer putt fantástico desde cerca de 20 metros. Acaba con par en el 18 y salva con creces una vuelta que podía haber terminado mal.
Sergio tiene ganas de luchar y su gran vuelta está al caer. Sólo faltan detalles. ¿Podría ser hoy? Podría ser…
