Jordan Spieth acabó el Sony Open con una vuelta de 63 golpes el domingo. La segunda mejor tarjeta del día y remontada al canto. El texano subió seis posiciones para acabar tercero en solitario a un solo golpe de Justin Rose. Una de las claves de este magnífico movimiento del Número 5 del mundo fue un sencillo ajuste en su manera de patear.
Spieth explicó después de su ronda el pequeño cambio que realizó. Una muy buena muestra de cómo puede transformarse una vuelta de golf a partir de algo realmente simple. Hasta el domingo, no había pateado nada bien, sin embargo en la última jornada se salió del mapa. Metió más de cuarenta metros de putt, empezando por uno excelente en el hoyo 1 de seis metros y medio.
Spieth explicó lo que hizo a los compañeros de los medios desplazados al Sony Open. «Sentía que no estaba golpeando a la bola en el momento justo. O pegaba un poco pronto o lo hacía tarde. No tenía el ‘timming’ correcto. Así, decidí retrasar un poco la bola en el ‘stance’ y colocar mi pie derecho un poco abierto. Eso me permitió liberar mi mente del golpe, pensar menos en el momento de pegar a la bola», señaló.
Spieth admite que el hecho de haber hecho ese cambio y empezar en el hoyo 1 embocando desde algo más de seis metros ayuda a confiar en lo que estás haciendo. No crean que el texano es amigo de fórmulas mágicas. «Muchas veces pruebas algo nuevo y de repente funciona. Otra veces no. Este ligero cambio funcionó en esta ronda, pero no sé si servirá también otras veces», reflejó escéptico.
El ganador de un Masters y un US Open firmó en la última ronda 25 putts. Ganó más de tres golpes de media respecto al resto de jugadores con el putter, mientras que en los días anteriores había sido peor que la media.
