Un domingo en Las Vegas es como una merienda de lobos. Sí, claro, nos referimos al golf, y más concretamente al TPC Summerlin, el campo donde nunca puedes estar tranquilo, y mucho menos saliendo de líder. Lo sabe Ben Martin, que manda en el Shriners Hospitals for Children con dos golpes de ventaja.
Los greenes del recorrido de Nevada se pusieron el sábado un poco más tiernos y los birdies fueron cayendo en cascada. Este sí ya es el TPC Summerlin que conocemos. Se vieron tres vueltas de 62 golpes, ocho por debajo de 65 y nada menos que 53 tarjetas por debajo de 70. Algo así como un festival de acrobacias de vuelo.
Uno de los 62 fue de Ben Martin, el nuevo líder del torneo con dos golpes de margen sobre el escocés Russell Knox. Martin no ha ganado aún en el PGA Tour, aunque el año pasado ya cosechó tres valiosos terceros puestos. Es curioso porque el joven norteamericano viene de acabar penúltimo en el Frys.com Open con dos vueltas en las que rozó 80. Una semana después marcha diecisiete menos después de 54 hoyos.
Otro de los 62 llevó la firma de Jimmy Walker, el gran favorito al triunfo que se ha situado a cuatro de la cabeza. En realidad, la firma de ese 62 es compartida, tal y como reconocía el propio Walker. Hay que darle mucha parte del mérito a su entrenador, Butch Harmon, con el que se vio el pasado lunes después de un discreto Frys.com Open. “Me ayudó mucho esa jornada de trabajo. Hemos puesto las cosas en orden”, señaló. Cuando habla de orden se refiere, por ejemplo, a que ayer cazó 17 greenes y dejó todos los approachs a menos de diez metros. Además, seis de sus birdies fueron desde menos de dos metros. Una máquina de precisión.
El TPC Summerlin cambia las normas habituales del golf. Así, si habitualmente decimos que para optar al triunfo un domingo hay que estar como máximo a cinco golpes del líder, aquí en Las Vegas hay que ampliar la distancia a seis. De este modo, podríamos decir que tenemos a 16 jugadores con opciones de victoria, entre ellos, Webb Simpson y Brooks Koepka, con -12.
